SANTIAGO SEGUROLA: “Bajar con mi padre a Lasesarre era un momento feliz”.

Era una de las voces que más recordaba cuando, de adolescente, escuchaba las nocturnas tertulias futbolísticas que se organizaban en El Larguero. Luego, si la memoria no me falla, le empecé a leer en El País, comprobando que era de las plumas más elegantes que escribían sobre fútbol y sobre deporte en general. Sin ocultar o, mejor dicho, reivindicando su condición de Athleticzale, era un gusto leerle o escucharle tratar el mundo del fútbol sin caer en el bipartidismo balompédico imperante en la gran mayoría de medios. Es más, parecía rebelarse – y lo sigue haciendo – contra esa tendencia mediática en la que parece que sólo existen Barça y Madrid, Madrid y Barça, tanto monta.
Supe que era de Barakaldo y que, de hecho, había residido en mi mismo barrio. Supe también que había sido asiduo a uno de mis bares favoritos del mundo, el Panorama, acompañado en alguna ocasión, según me contaron, del mítico Andrés Montes. Eso se nota en su exquisito gusto musical, del que ha hecho gala cuando llevó los mandos en la sección cultural de El País. Y supe, por fin, aunque no fuese difícil de imaginar, que sentía un gran aprecio por el club de fútbol de su pueblo, equipo en el que llegó a militar su padre. Y conociendo todo esto, sabía que, tarde o temprano, el prestigioso periodista deportivo Santiago Segurola (Barakaldo, 1957) debía concederme un rato de su tiempo para charlar acerca del pasado, presente y futuro del Barakaldo CF. Helo aquí, en Histórico Barakaldo.

Nacido y residente en Barakaldo durante unos cuantos años. ¿Cuáles son los primeros recuerdos que asocias al club de fútbol más representativo del pueblo?

Mis primeros recuerdos los asocio bajando con mi padre desde el barrio de Santa Teresa, cruzando la vía del tren minero, camino de Lasesarre con él, con mucha gente, sobre las 15:30, en la época en la que los partidos empezaban a las cuatro de la tarde. Era un momento feliz. Ir con tu padre al fútbol siempre es lo mejor que le puede pasar a un niño. Es un día de fiesta. Me acuerdo también donde nos poníamos, de pie, detrás de la portería, donde estaba la torre del marcador, la portería de Altos Hornos.

Yo tendría unos 7 u 8 años, hablamos de los años que van de 1965 a 1967 y ahora no sabría poner cara a algunos de los jugadores de aquella época pero sí recuerdo algunos nombres: Cedrún, Cachas, Méndez, De Amurguía, , Tomás, Goyenechea… Luego, más adelante, vendrían los Lalo, Irribarren, Urruchurtu, etc…

Tu padre, de hecho, militó en el Baracaldo FBC en la década de los 30 del pasado siglo.

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Mi padre, Santiago Segurola Belastegui, nació en Barakaldo el 29 de diciembre de 1912. En un Barakaldo anterior a la primera Guerra Mundial, con la primera ola migratoria llegada a la margen izquierda, una migración generalmente de interior (vasca, navarra) que acudía a trabajar a las factorías de Altos Hornos. Siempre se sintió muy barakaldés y desde crío era un enamorado del fútbol. Según contaba, iba a las barberías a leer los periódicos, algunos deportivos, como el Excelsior. Esto alimentó su avidez por la información y por el deporte pero, además, le gustaba mucho jugar a fútbol, en un momento en el que aún era un deporte naciente. Al parecer, era zurdo, jugaba de interior izquierda y, por lo visto, debía jugar bien, aunque él decía que no tenía la fuerza necesaria para jugar en las condiciones de aquel fútbol: campos embarrados, botas muy pesadas, balones terribles… jugaba con un pañuelo en la cabeza para protegerse del correaje de los balones al rematar.

Además del Barakaldo, jugó en el San Vicente y, después, junto a un amigo suyo, Larrazabal, que jugaba con él, recibieron la propuesta para jugar en Andalucía, la cual aceptaron jugando en el Guadix, en el Granada y en el Cádiz. Todo esto fue antes del estallido de la guerra civil española, de 1932 a 1936. De todo este periplo, recordaba mucho una eliminatoria contra el Celta de Vigo, vistiendo la camiseta del Barakaldo, por lo que suponía viajar en aquella época hasta allí. Una auténtica odisea. También recordaba, por el mismo motivo, algunos partidos contra equipos de Madrid.

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Balaídos (Vigo) 27 de Enero de 1935. Celta de Vigo – Barakaldo FBC (1-1). Cachi abre la alineación y junto a él Santiago Segurola con la venda en la cabeza. Les siguen Castor, Zuloaga, Olano, Larrazabal, Pisón, y Julian Ramón. Agachados tenemos a Fuentes, Antolín y Cachelo. Tras su periplo andaluz, última etapa del padre de nuestro protagonista en el equipo de su pueblo.

Más allá de jugar, él era muy hincha del Barakaldo y también acérrimo del Athletic. En ese sentido, nunca comprendió, ni yo tampoco, porque había un sector en el Barakaldo anti Athletic. En cualquier caso, era un aficionado exigente y sufridor, en ambos casos, del Barakaldo y del Athletic, muy aficionado al fútbol en general y siempre muy agradecido a este deporte.

Por lo demás, también recuerdo que cuando yo era niño, se paraba con gente de su edad y mayores que él a hablar de fútbol. Me acuerdo paseando por Los Fueros hablando con Bata o una conversación que no se me olvidará nunca con Pachuco Prats, quien fuera estrella del Real Madrid y que jugó en la selección española en aquella eliminatoria que ganó a Inglaterra, un futbolista de Barakaldo y del Barakaldo al que admiraba mi padre.

De todos modos, mi vinculación familiar con el Barakaldo no se reduce exclusivamente a mi padre. También la he mantenido a través de mis primos. Uno de ellos ha sido directivo, de forma que nunca nos hemos olvidado del club.

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Segurola el primero por la izquierda jugando en el Granada. El primero de rodillas es Tomás Larrazabal, amigo de Santiago, y que fuera también histórico jugador del Baracaldo FBC.

Entiendo que toda esta experiencia desde pequeño contribuyó a forjar tu vocación periodística.

Claro. Y es que, además, mi padre devoraba los periódicos. Yo era el pequeño en casa, con diferencia respecto a mis hermanos, y siempre me quedaba el último para acceder a los periódicos. Todos lo leían y yo, para poder leer las noticias de deportes, me prestaba a comprar el pan y la leche a las 8 de la mañana, antes de ir al colegio, y así me daba tiempo a ojearlo en el trayecto de vuelta. Me llegaba a sentar en las escaleras de casa a leer las crónicas de fútbol o de ciclismo… Todo esto me permitió adquirir una gran educación futbolística y periodística.

¿Cómo era Lasesarre en los años en los que tú bajabas?, ¿qué ambiente se vivía?, ¿qué equipos, jugadores o partidos recuerdas especialmente?

Recuerdo perfectamente la tribuna de madera de Lasesarre y que el campo, muchas veces, se anegaba de barro negro a consecuencia de las mareas de la ría. Si lo piensas, ahora estaría prohibido jugar en esas condiciones, con todos los residuos de las industrias químicas de la Babcock, de Altos Hornos, de Unquinesa… podías agarrar cualquier cosa. Quién sabe si, de alguna manera, este ambiente pudo tener algún tipo de efecto sobre los futbolistas. Aunque, bueno, todos vivíamos en unas condiciones horribles. Yo adoro Barakaldo pero recordar cómo creció y cómo el franquismo permitió que viviéramos en esas condiciones de hacinamiento, emanando gases, con una niebla tóxica de primer nivel… es tremendo. Recuerdo las sirenas de las fábricas en los cambios de relevo. Era un ambiente que impresionaba.

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Santiago Segurola y el Barakaldo de su infancia Foto: mitosyleyendasdelfutbol

En cualquier caso he de confesar dos razones por las que me desligué un poco emocionalmente del Barakaldo y por las que, quizá, no tenga tantos recuerdos: la primera, que me dolió mucho, fue un día en el que a principios de los años 70, cuando existía el marcador simultáneo Dardo, en el que las marcas iban representando un partido equis en cada casilla, pues resulta que mirando al mencionado marcador, veo que la gente de Lasesarre empieza a aplaudir un gol del Celta al Athletic. Me decepcionó mucho. Comprendo ciertas rivalidades pero no esa. Para mí el Athletic es una cosa trascendental y me llevé tal desilusión que, durante una temporada, me alejé de Lasesarre. La segunda es que, además, a mediados de los 70, me trasladé a vivir con mis padres, cuando ya eran mayores, a la margen derecha y, aunque no perdí el vínculo, evidentemente ya no iba con tanta frecuencia. Pero bueno, evidentemente, seguía la actualidad del Barakaldo con mucho interés y recuerdo perfectamente al Barakaldo de los 70: me acuerdo muy bien de Dani que marcaba la diferencia, recuerdo a Escalza, a Madariaga, a Merayo… una época de excelentes futbolistas… y, por supuesto, recuerdo perfectamente al Barakaldo de Sarabia.

Sarabia y yo nos llevamos dos meses. Es de mi año. Recuerdo que él jugaba en el San Pedro de Sestao y, por algún tema administrativo, el equipo tenía que jugar en el campo de San Vicente de Barakaldo por lo que iba a verle muchas veces las matinales de los domingos. Ya entonces era un espectáculo ver a un chaval de 15 años en un campo que estaba fatal y ver cómo driblaba a los contrarios, con esa forma tan peculiar de correr y yo pensaba que ese tío era una maravilla y yo no veía a nadie de mi generación o de mi colegio hacer esas cosas. Y pensaba: ¿pero este tío está en el San Pedro? Pues cómo serán los juveniles del Athletic para que este no esté allí… y de hecho, jugó algún partido contra el Athletic en Paules, un Athletic en el que, por ejemplo, ya estaba Urkiaga, y pensaba que no le llegaban ni a la suela de los zapatos. Justamente después de aquella temporada en el que le vi muchísimo, fichó por el Athletic con 16 años y se empezó a hablar de él.

A pesar de todo, por su físico generó dudas y le cedieron al Barakaldo y en Lasesarre se confirmó que era un escándalo de jugador. Recuerdo que Jorge Valdano me contó que se enfrentó a él cuando estaba en el Alavés, en Lasesarre. Valdano decía que no se podía jugar ahí porque había medio metro de barro en el campo y él mismo no podía levantar la pelota, que se hundía, se tropezaba, no podía moverla… y, sin embargo, se quedó asombrado porque veía a Sarabia, que era infinitamente más ligero, adaptándose a la perfección. Decía que parecía que fluía, que patinaba sobre el campo, que era como una cigüeña que se posaba, que era algo extraordinario como metía el pie por debajo de la pelota para que no se le quedase pesada en el campo. Me llegó a decir que es una de las cosas más asombrosas que ha visto en un campo de fútbol, que un jugador tan aparentemente poco dotado para jugar sobre el barro fuese el mejor, con diferencia, de todos los que estaban allí.

Como decía, tras haberle visto jugar cinco años antes, en condiciones igual de extremas, coincido. Era extraordinaria la habilidad que tenía para moverse sobre el barro y, de hecho, de los mejores partidos que le he visto a Sarabia ha sido en un San Mamés embarrado, un 4-1 al Barcelona, al principio de su carrera, en el que él se salió jugando de 10 y se movió en aquel campo de manera extraordinaria.

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Lasesarre, 11 de diciembre de 1977. La pelea en el barro entre el Baracaldo C.F. y el Deportivo Alavés de Jorge Valdano. (2-1) En la imagen Bengoechea con el balón apoyado por Benito, detrás Sarabia y al fondo Duñabeitia.

Desde tu dilatada experiencia profesional como periodista deportivo, ¿cómo crees que se valora o se ha valorado al Barakaldo CF en el resto del estado?

Yo creo que, desgraciadamente, ha perdido presencia por varias razones: primero porque está en 2ªB, no está en 2ªA desde hace muchísimos años y eso es un factor crucial para que la gente se vaya olvidando de los equipos. Al final, te acabas olvidando hasta de equipos míticos como cuando el Oviedo o el Racing en 2ªB sólo eran noticia para contar malas noticias.

En ese sentido, se ha perdido la información deportiva en los periódicos. Repasando La Gaceta de los 70 y 80 había una excelente cobertura del Sestao y del Barakaldo especialmente. Ahora no se encuentra información sobre ellos por ninguna parte. Esto es por la situación deportiva y también por lo que ha sucedido en los medios de comunicación. Ya no es que importe muy poco lo poco importante sino que lo que siempre ha sido importante apenas interesa ya porque solo interesan los dos equipos, el Barcelona y el Madrid, todo lo demás es como si no existiera o como si fuera una especie de folklore casi innecesario. Personalmente, es algo que no puedo soportar, pero digamos que ese régimen se corresponde con el régimen social actual, es decir, los ricos más ricos que nunca y los pobres más pobres que nunca. A partir de ahí, podemos decir que la situación del Barakaldo invita, periodísticamente, a dar muy pocas noticias, lo cual es dramático ya que en la medida en que no te conocen, no se te ve y la invisibilidad hace que desaparezcas.

Por otra parte y siendo sincero, no creo que el Barakaldo haya tenido una gran trascendencia a nivel nacional. Creo, sin embargo, que sí se considera y se ha considerado al Barakaldo y a Barakaldo y, por extensión, a la margen izquierda, como cuna de buenos futbolistas, de gente de carácter. Hoy en día cuando se comentan partidos y se menciona a Yerai o a Unai Núñez y se dice que son de Barakaldo, eso de alguna manera hace que la gente se quede con ello, con el hecho de que es una zona que ha dado excelentes futbolistas para el Athletic, para el fútbol español y te pone en el mapa, al pueblo, a la zona y, de paso, a los equipos de esos pueblos. Por eso, aunque en el inconsciente general el Barakaldo representa más bien poco en el fútbol español, sin embargo, su pueblo, el tipo de jugador, los futbolistas que han nacido ahí han tenido una trascendencia enorme en el fútbol español. Yo creo que será de los pueblos más importantes a nivel de contribución de jugadores al fútbol español.

Siendo hincha acérrimo del Athletic, ¿cómo observas la relación entre ambos clubes?, ¿cómo ha evolucionado?

Vivo en Madrid desde hace años y eso hace que no conozca en profundidad los entresijos o secretos de esa relación pero yo creo que, sinceramente, el Barakaldo, el Sestao, el Portugalete, el Arenas, el Getxo… deben tener necesariamente una buena relación con el Athletic y el Athletic con esos clubs. El Athletic no debe ejercer ningún tipo de tiranía ya que va a vivir de ese caladero, por lo que la generosidad por ambas partes es necesaria, no sólo para el Athletic sino para todo el fútbol vizcaíno. Sin el Athletic como meta para todos los chavales que ingresan en esos equipos, todo sería más complicado, por lo que incluso biológicamente, por decirlo de alguna manera, esa relación tiene que ser buena, natural, sabiendo cada uno dónde está, tienen que entenderse para favorecerse todos… ¿qué sería para el fútbol vizcaíno un Athletic en segunda? Sería una auténtica tragedia para el fútbol vizcaíno.

Precisamente, hablando de la segunda, el Barakaldo CF lleva casi cuatro décadas sin conseguir el ansiado regreso a la división de plata, ¿a qué crees que puede responder?

El Barakaldo es lo que es. Está a la sombra de un gigante que hace sombra a todo y a todos. Además, si miras a la 2ª, te encuentras a equipos como el Zaragoza, como el Mallorca, como el Oviedo… que son representantes de grandes capitales, de ciudades mayores que Bilbao. Eso es así y competir con eso es una ensoñación. De vez en cuando, se hacen las cosas tan bien que funciona y se alcanza ese techo pero es dificilísimo, en la medida además de que el salto económico de la 2ªB a la 2ª, sin ser un paraíso, es enorme. Recordemos también que, por ejemplo, en 2ªB tenemos al Racing de Santander, en el mismo grupo que el Barakaldo, y que sí, somos baracaldeses y somos echaos pa’lante y tal pero también tenemos que reconocer las limitaciones. Hay que ser realistas en el fútbol y en la vida. Y sí, puede que alguna vez se puede dar que coincida una generación que permita dar el salto pero habrá que saber que lo más probable es que luego el regreso a la 2ªB suceda pronto.

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Santiago Segurola en su actual etapa como comentarista en Bein Sports. (Foto:beinsports.com)

Bueno, tenemos el caso del Eibar, por ejemplo, como excepción a este tipo de situaciones.

Es un ejemplo de cosas bien hechas pero es muy difícil. El Eibar ha sido listo de aprovecharse de estar a la sombra de Athletic y Real y, a la vez, no estar a la sombra de ninguno y aprovechar esa competencia entre Real y Athletic para estar en una situación equidistante y, en muchos casos, atraer a jugadores de los dos equipos y ser una especie como de lugar de encuentro de jugadores del radio de los dos equipos. Así, para llegar a 1ª hemos visto a ex jugadores de Real y Athletic hacerlo muy bien y yo no sé si eso puede pasar en el Barakaldo, me cuesta creerlo. En cualquier caso, eso te dice que haciendo bien las cosas, funcionando bien y teniendo suerte, teniendo una identidad que te permita hacer eso, yo creo que en ese aspecto el Eibar aprovechó muy bien la equidistancia pero no sé si hay otro club que esté en esas condiciones.

Para acabar, si sigues la actualidad de la entidad gualdinegra, sabrás que la masa social del Barakaldo CF ha aprobado el inicio del proceso para convertirse en SAD. ¿Cómo valoras este movimiento?

No lo sé… en ese sentido, el Eibar lo hizo muy bien. Representó un modelo de fútbol casi romántico y pidió ayuda para poder subir a 1ª y hubo aportaciones de todo el mundo. No sé si podrá hacer algo así el Barakaldo. En cualquier caso, la transformación no me parece incorrecta siempre que haya un control bueno sobre las mayorías y sobre los intereses a veces un poco oscuros que a menudo se ven en el mundo del fútbol: gente que aterriza en clubes para promocionarse, para sacar ventaja y luego revenderlos… he visto cosas muy feas. Yo creo que lo ideal sería que hubiera una gran aportación de gente de Barakaldo, de hinchas del Barakaldo, que esté muy repartido y que representara dentro de este modelo algo parecido a lo que representa en el otro, es decir, un club popular. Pero claro, no sé si la gente está con ganas de hacerlo o no, qué tirón tiene el equipo para ello… yo estaría encantado de aportar y si se pide ayuda, mi pequeña ayuda la haré, pero tirar del dinero de la gente no es fácil porque entregar al fútbol lo que muchas veces la sociedad no te da a ti, pues…

En cualquier caso, habría que articularlo bien, ser transparente, no mentir a la gente, decir la verdad, una estrategia de convocatoria para los hinchas, ser claros y transparentes en la gestión y, desde luego, deslindarse de cualquier movimiento buitre… y es que no podemos olvidar que el fútbol es muy goloso.

Raúl Luceño para Histórico Barakaldo CF

BARACALDO C.F. – CÁDIZ C.F. 78/79

EL BARAKALDO DE LA CRISIS ETERNA. Porque cualquier tiempo pasado no siempre fue mejor y porque todo pasa y nada cambia recordamos la enésima crisis del Barakaldo C.F. un 29 de Octubre de 1978. Meses después de rozar el ascenso el equipo se encuentra en el vagón de cola de Segunda y tras derrota volcánica en Lasesarre frente al Cádiz C.F. por 0 goles a 5 se desatan todas las hostilidades entre la masa social, dirigentes, jugadores y cuerpo técnico.
Excelente articulo de la época de EL CORREO

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«ROCKY» LICERANZU: «El estruendo de la vieja tribuna «acojonaba» al contrario»

Hubo un tiempo en que el Athletic enviaba a sus mejores cachorros a Lasesarre para que terminaran de afilar sus garras. Por el viejo estadio barakaldés, entre otros muchos, desfilaron los Oñaederra, Otaolea, Madariaga, Dani, Bengoetxea, Sarabia o nuestro protagonista, Íñigo Liceranzu, un magnífico exponente de aquella camada que tantos éxitos dio a los rojiblancos allá por los años 80. Un cuarto de siglo después, Rocky también tuvo la oportunidad de entrenar a nuestro equipo durante algo más de dos temporadas.

Comenzando por tu etapa de jugador, tú llegas al Barakaldo la temporada 80-81 cedido por el Athletic.
Sí, después de realizar la pretemporada en el Athletic con Helmut Senekowitsch, no me ven posibilidad de jugar aquella temporada. Tenía por delante a centrales como Guisasola, Andoni Goikoetxea o Purroy, así que llego a finales de agosto y debuto en el Torneo de La Galleta, un “clásico” que entonces el Barakaldo jugaba todos los años.

En un equipo en el que jugabas en el centro de la defensa junto con Carmelo.
…y con Irusta, también procedente de Lezama aunque mayor que yo. Jugué todos los partidos y todos los minutos; solo me perdí un partido por acumulación de tarjetas ante el Cádiz en el Ramón de Carranza. Jugué todos los minutos de los otros 37 restantes

Iñigo Liceranzu. Gol en Lasesarre Barakaldo C.F. 1980
19-10-1980. Liceranzu marcando su único gol como gualdinegro en un Baracaldo C.F. – Cádiz C.F. (2-0)

Aquella temporada hicistéis una primera vuelta muy aceptable con un Txiki Sainz que la acaba como máximo goleador de la categoría, pero que en cuanto empiezan a faltar sus goles, el equipo se viene abajo.
La verdad es que no sé muy bien las razones, porque no tuvimos un lesionado de larga duración. El fútbol muchas veces es inexplicable. Había una plantilla muy maja, ocho o nueve jugábamos casi siempre y creo recordar que entonces había que alinear a dos sub-20, una “patochada” que se le ocurrió a algún iluminado con la intención de rejuvenecer la 2ª división. Yo no lo era, tenía 21 años; estaban Zamorita, Uribe y Castander (también Teo Rastrojo, N. del A.). Teníamos un equipo que estaba bien para la categoría; no para hacer lo que tres años antes habían conseguido los Bengoetxea y Sarabia, cuando se estuvo a punto de subir, pero no para bajar.

En el banquillo Carmelo Cedrún, que a falta de cinco jornadas fue sustituido por Mané, un novato en la categoría.
Cuando llegó Mané aún había posibilidades de salvación, pero es muy poco tiempo para hacer algo. El nivel de aquel equipo no era para haber bajado, pero fuera sacamos muy pocos puntos. Yo creo que con Mané el equipo era un poco más estable. Con Carmelo Cedrún eramos una caja de sorpresas, podíamos ganar como nos podían ganar.

Del buen nivel en determinados momentos de aquella temporada, da buena cuenta la victoria en Lasesarre por 2-0 en la jornada 11 ante el Castellón, que llegaba invicto y que acabó ascendiendo y como campeón.
Recuerdo aquel partido porque Carmelo Cedrún me dice antes de empezar: “anule usted a Planelles”. Planelles era la figura del Castellón, un hombre que había jugado muchos años en primera división. ¿Cuál era el problema? Que Planelles era medio, con lo que estuve todo el partido en el medio campo, pero, eso sí, Planelles no la tocó. Yo, nada, pero él, tampoco.

Por cierto una de las imágenes más escalofriantes que recuerdo de aquella temporada fue un choque “cabeza con cabeza” con el malacitano Filgueira en Lasesarre.
Sí, recuerdo que la jugada fue al lado de los banquillos. Yo iba a por el balón, se metió él por delante, llegó antes que yo, y el cabezazo que iba a dar al balón se lo pego a él. Ambos acabamos sangrando, pero él, peor parado, ya que estuvo un par de días ingresado en Cruces con conmoción cerebral.

Y de aquella temporada es obligado recordar la eliminatoria de Copa del Rey de tercera ronda en la que os enfrentáis al Barcelona, a la postre campeón del torneo.
En esa eliminatoria fue al revés que en la liga: fallamos en casa, porque en el Nou Camp hicimos un partidazo. En Lasesarre la clave fue el danés Simonsen, nos volvió locos en la banda derecha. En el Nou Camp hicimos lo que pudimos, pero pesó mucho el 0-2 de la ida en Lasesarre; lo que hicimos fue echarle garra y amor propio, por eso empatamos a uno y dejamos muy buena sensación, aunque yo hubiera preferido que fuera al revés: perder 2-0 en Barcelona y en casa, al menos, haber sacado un empate para que los aficionados se fueran contentos.

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21-1-1981. Rocky Liceranzu defendiendo la zamarra del Barakaldo en el Nou camp

Alguna anécdota de aquella campaña
Recuerdo que antes de los partidos tenía la costumbre de tomar un bitter, el míster me veía hacerlo. En una ocasión que no lo tomé me dijo: “oiga, usted no se ha tomado el bitter, ¿cómo vamos a ganar así?”. Y es que Carmelo Cedrún era muy supersticioso. En el mundo del fútbol hay muchas manías: la mía era la de ser el último del once inicial en pisar el césped.

¿Mantienes contacto con aquella plantilla?
Muy poco. De los de Barakaldo, cuando he estado allí he visto a Juan Carlos o Manolo. Hace varios años estuve con Jon Agirrebengoa en Mungia. Alguna vez he coincidido en Lezama con Ángel Iturregi, y también me he encontrado con Sebas, mi pareja de mus en los viajes.

¿Consideras que el Barakaldo fue importante en tu evolución posterior como jugador?
Lo fue. Primero, porque jugué en una categoría superior a la que lo había hecho hasta entonces, 2ªB con el Bilbao Athletic. En segundo lugar, porque me sirvió para que los técnicos de Lezama ratificaran que si en 2ªB iba sobrado, en 2ªA, también. Jugué todo lo que pude y la federación me permitió; solo me perdí un partido por acumulación de tarjetas. El resto, todo y todos los minutos.

Por cierto, en aquella época era muy habitual que el Athletic enviara jugadores a “curtirse” a Lasesarre. Sin ir más lejos, en el equipo campeón de las ligas 82-83 y 83-84 estabáis Dani, Sarabia y tú, que habíais jugado en el Barakaldo.
Sigue habiendo cesiones; de hecho, yo cuando estuve entrenando tuve a Jon Vélez y Moya como cedidos. ¿Qué es lo que ocurre? Que el Barakaldo no está en 2ªA; si lo estuviera estoy convencido de que habría 3 o 4 jugadores cedidos todos los años, y no de los que salen de Bilbao Athletic o Baskonia, sino de aquellos a quienes no se ve aún posibilidad de jugar en primera, pero que pueden estar en segunda.

Barakaldo C.f. Rayo Vallecano 1981
8-2-1981. A.D. Rayo Vallecano-Baracaldo C.F. (3-1) Santamaría, Juan Carlos, Carmelo, Rastrojo, Dueñas, Juan Ángel, Liceranzu (de pie). Manolo, Sainz, Iturregui, Uribe (agachados).

EL BANQUILLO DE LASESARRE
Rocky Liceranzu entrenador Barakaldo C.FTras dos décadas y media, en la temporada 2005-06 vuelves al Barakaldo, pero al banquillo. A falta de ocho jornadas, para sustituir a Iñaki Zurimendi, cesado tras una derrota en Portugalete por 2-1, y en una situación ciertamente complicada.
Juegan por la mañana. Yo estaba en Mendizorroza viendo un partido del Alavés y recibo unas llamada del presidente Miguel Acero para decirme que estaban reunidos y que querían estar conmigo. Quedamos aquella noche y en menos de media hora llegamos a un acuerdo. El Barakaldo tenía muy buen equipo y yo tenía la ventaja de que conocía a casi toda la plantilla y a muchos de ellos los había tenido en el Amurrio.

El equipo se salva de promoción y descenso en la última jornada tras una victoria por 0-1 ante la Real B con gol de Joseba Del Olmo.
De los ocho partidos restantes, tuvimos que ganar cinco, lo cual no está nada mal. Recuerdo que en aquel partido ante la Real B que, por cierto, ya se había metido en el play-off, metí en el equipo a gente veterana como Armendariz y Galder, porque creo que es lo que hacía falta en esa situación. De aquel equipo, el único fijo era el lateral izquierdo Txiki Lombraña, cuya titularidad yo ya anunciaba en el entrenamiento del jueves. Recuerdo que en mi primer partido contra el Real Unión, que perdimos por 0-1 en Lasesarre, fue expulsado: me pidió perdón varias veces; a la tercera tuve que decirle que no le diera más vueltas y dejara de pensar en ello.

Continúas la siguiente temporada, en la que hay una renovación casi absoluta de la plantilla.
Entre otros, llegan jugadores como Cerro, Álvaro o Solaun, a quienes yo había entrenado en el Amurrio, Moya y Jon Vélez, cedidos del Athletic, o Ibai Rejas, un jugador muy polivalente a quien yo ya había visto con 18 años en el Aurrera de Vitoria y me había impresionado por su rapidez.

Se termina la temporada en sexto lugar. ¿Lo consideraste un éxito o un relativo fracaso?
Para mí, aquella temporada ocurre algo muy importante y es que a mitad de temporada nos quedamos sin Unai Alba, que ficha por el Athletic y llega Iago Herrerín, aún muy joven. Ese cambio fue muy importante, vital, ya que Unai era el mejor portero de la categoría y, probablemente, nos hubiera dado esos dos puntos que nos faltaron para entrar en el play-off. No obstante, creo que fue una temporada mejorable, porque también teníamos a Jon Velez, un Ferrari, rapidísimo, el mejor punta de la categoría.

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IÑIGO LICERANZU, más de dos temporadas en el banquillo de Lasesarre

…y en Lasesarre comienzas a ganarte fama de “amarrategui”.
El público decía que lo era, pero el caso es que hicimos bastantes goles, y eso que entonces aún no había la cultura que hay hoy en día de defender con el balón, con la posesión. Cuando no lo tienes, habrá que defender. Recuerdo que en defensa tenía un pilar, que era el jefe, Javi Cerro, rápido y que, sin ser muy alto, iba muy bien por arriba, disciplinado e inteligente. Si le decías, “ese no tiene que tocarla”, no la tocaba; tenía unas cualidades físicas enormes.

La siguiente temporada, vuelta a empezar: muchas bajas y muchas altas.
Hay que rehacer. Ahí es cuando llegan Kali Garrido, Huegún o Rebollo, un hombre que había empezado a jugar al fútbol muy tarde, pero que tenía una técnica espectacular. También llegan Koldo Garcés del Sestao y Antxon Muneta del Zalla. Teníamos dos laterales como Urbano, que arriba te daba lo justito, pero que atrás era inconmensurable, y por la izquierda Lombraña: los que jugaban por delante de él tenían la orden de que cuando pasaba “el expreso”, ellos hacia dentro, dejándole sitio, y luego balón por delante, a la carrera porque Txiki, con el balón en los pies, era algo torpe, pero si se lo dabas en carrera era capaz de ponerla muy bien. Eso, a la parte derecha del equipo contrario la mataba; basculábamos hacia ese lado. Y tampoco me quiero olvidar de Isidro, un jugador al que había traído la temporada anterior tras hablar con Raúl Otxoa, a quien había tenido en el Amurrio, y que había sido compañero suyo en el Chaves portugués. Me dice que lo lleve a ojos cerrados, aunque ya tenía 35 años. No jugaba mucho de inicio, pero prácticamente entraba en todos los encuentros. Leía muy bien los partidos: si íbamos 0-0 y había que acelerar el partido, él lo aceleraba; si lo sacaba con 2-0 a favor, y había que templarlo, él lo templaba. Un jugador veterano, de esos que saben lo que hay que hacer en cada momento y que, además, en las jugadas a balón parado, la ponía muy bien.

No obstante, la temporada llevaba camino de ser gris, hasta que enlazáis seis victorias seguidas, entre las jornadas 19 y 24, que os meten arriba.
Sí. Fuimos de menos a más y cuando llegamos a las últimas jornadas, estábamos que nos salíamos. Como empieces muy fuerte y llegues al final fundido, no tienes ninguna posibilidad. Al principio no apretábamos tanto, para llegar al final como llegamos.

Y llegamos vivos al partido de Ponferrada en la última jornada. Y lo ganamos…
Tuvimos la suerte de que la Ponferradina no se jugaba nada, ya habían quedado campeones de grupo. Por eso, aunque se pusieron 2-1, siguieron jugando abiertos; de hecho, hay un mano a mano con Xabi Pascual, que al final la salva, que podía haber sido el 3-1. Luego, dos goles de Germán Beltrán, que había salido desde el banquillo, nos dieron la victoria y la clasificación.

Y al play-off. Contra el Girona.
La ida, en Lasesarre, fue un monólogo. Si hubiera tenido que ganar alguien, teníamos que haber sido nosotros, pero no ganamos porque no acertamos. Nos fuimos con el mejor empate posible y había sensación de que podíamos. Allí la tuvimos, con el penalty fallado por Beltrán, que hubiera sido el empate a uno pero no lo metimos.

¿Diste el objetivo de la temporada por cumplido o crees que se podía haber subido?
Estuve una semana que no sabía ni donde estaba, porque el disgusto que me llevé fue de los gordos. Yo veía que ese año, esa plantilla podía subir; además, físicamente, estaban en unas condiciones muy buenas. Era el momento y, además, lo tuvimos en las manos.

Por cierto Íñigo, ¿Beltrán era tan decisivo como nos parecía a todos?
Beltrán era el gol. Recuerdo un partido en Las Gaunas contra el CD Logroñés, épico. Estábamos aguantando el 0-0 pero nos estaban llegando; de pronto, coge Germán un balón por banda, dribla a uno y se la mete al portero por el palo contrario: 0-1 y se acabó el partido. Decisivo.

Es obligado preguntarte por el affaire Rob Davies.
Simplemente se enfadó porque no jugaba. Recuerdo un partido de Copa contra el Mirandés, que se decidió a penaltys. Él fue uno de los que lanzó: le pegó duro y lo metió; a continuación, me viene y me dice: “¿Lo he hecho bien?¿Te gusta cómo lo he tirado?”, y ya ahí me dije, “este está enfadado”. Al poco tiempo desaparece, pero yo no dije en ningún momento que se fuera, de hecho, entraba en esos 20-21 jugadores con los que yo contaba, pero se fue él.

Pese a alcanzar el play-off, no continúas en el banquillo gualdinegro.
Creo que fue en la jornada 26, no recuerdo contra quién jugábamos, el público comienza a meterse con el equipo y yo lo que digo en la rueda de prensa es que el público no se preocupe y que anime a los jugadores, que yo al final de temporada me voy. Si no estaban contentos, yo tenía claro que me marchaba, por lo que lo único que hice fue cumplir con la palabra dada. Hubo muchos que me dijeron que me tenía que haber quedado, que podríamos haber conseguido el ascenso la temporada siguiente, pero tal y como estaba el público era muy difícil, porque desde el minuto uno ya estabann pitando. Y yo decía, no les pitéis porque les influye y si queremos obtener los resultados, esto no nos va a ayudar mucho; si el problema soy yo, me voy.

¿Consideras que el público de Lasesarre fue excesivamente crítico contigo?
No, si el ser crítico conmigo está bien. El problema es que lo estaba pagando el equipo, se ponía nervioso y no jugábamos bien.liceranzu historico barakaldo cf

¿Crees que los aficionados barakaldeses somos demasiado exigentes?
Si estás en 2ªB, tienes que ser consciente de que estás ahí y no vas a tener jugadores de 2ªA. Este año, creo que tiene un delantero de 2ªA como es Vitoria. Si no estás de acuerdo con el entrenador, espera al final y pitas al entrenador, pero no pites al equipo.
¿Volverías a entrenar al Barakaldo?
Sí, pese a que Barakaldo es un sitio complicadito. Yo estuve más de dos años, pero es muy difícil, hay mucha tensión.

UN FÚTBOL DISTINTO
¿Ves muchas diferencias entre el fútbol vizcaíno de antes y el actual?
¡Hombre! Desde el momento en que han cambiado los campos, que ahora son de hierba artificial, es evidente que las hay. Nosotros, de chavales, jugábamos en arena o barro, donde no se podía jugar igual que en hierba artificial; el tipo de jugador que salía de ahí es muy diferente al que sale ahora que, técnicamente, es mejor, pero en cuanto a fuerza, velocidad, garra y ganas, yo creo que eran mayores antes, al llevar desde niños peleando contra más obstáculos que ahora. ¡Ojo! No porque fuéramos unos fenómenos.

¿No crees que el Athletic es demasiado absorbente a nivel del fútbol en Bizkaia?
Yo creo que si el Barakaldo estuviera en 2ªA, iría más gente a Lasesarre. El Athletic, además, le ayudaría más con jugadores, por pura conveniencia. No es solo que esté el Athletic, porque hay sitio para un Barakaldo en 2ªA, pero si no has estado en esa categoría desde 1981 no es porque el Athletic esté al lado: mírate a ti mismo, porque algo has hecho mal.

Por último, has jugado en tres estadios míticos: Anfield…
Lo que más me llamó la atención de Anfield es que no tenía vallas, cuando aquí, en aquella época las había. De aquella eliminatoria recuerdo que el Liverpool, que fue el campeón de esa edición de la Copa de Europa, tenía un equipazo. Te diré que solo una vez me han dado calambres en un partido y fue contra el Liverpool, de lo que te hacía trabajar Ian Rush, estaba continuamente moviéndose.

…el viejo San Mamés…
El viejo San Mamés…Me llevé un disgusto cuando lo tiraron. De hecho, no he ido al nuevo hasta la temporada pasada contra el Sevilla; no tenía ganas, me daba cosa…El nuevo es un campo para el futuro, pero el viejo tenía el sabor tradicional.

…y el viejo Lasesarre.
Sobre todo, recuerdo el estruendo de la vieja tribuna de madera: a nosotros nos tiraba para arriba y al contrario lo tiraba para abajo, lo acojonaba. Yo estuve un año que, en lo deportivo no fue bueno a nivel general, aunque sí en lo particular. Hice buenos amigos allí, había una buena plantilla: Juan Carlos, Manolo, Agirrebengoa, Iturregi, Sebas, Carlos o Juan Ángel que, recuerdo, tenía un restaurante en Kareaga al que íbamos a comer. Fue divertido.

EL ZURDO PARA HISTÓRICO BARAKALDO C.F.

 

IÑIGO LICERANZU

Iñigo Liceranzu. Gol en Lasesarre Barakaldo C.F. 1980
Gol para el Barakaldo de «Rocky Liceranzu» frente al Cadiz C.F. en Lasesarre
Jesús Íñigo Liceranzu Ochoa (13 de marzo de 1959 Bilbao, Vizcaya) conocido en el mundo del fútbol como ROCKY LICERANZU, implacable defensa central que tras jugar en Segunda División B con el Bilbao Athletic, fue cedido en la temporada 1980/81 al Baracaldo C.F., en Segunda A.
Rocky Liceranzu entrenador Barakaldo C.FCon el Baraka fue titular en la zaga gualdinegra durante toda la temporada disputando 37 de los 38 partidos de liga además de los de Copa del Rey donde el Barakaldo cayó eliminado en el camp nou frente al F.C. Barcelona. De aquella temporada (última del conjunto fabril en 2ªA) recordamos su único gol con la zamarra gualda y negra. Fue contra el Cádiz C.F. un 19 de Octubre de 1980. La maravillosa imagen de Liceranzu anticipándose al meta Recio e inaugurando el marcador en lo que fue una victoria del Barakaldo por 2-0, fue tomada por Fidel Raso y publicada en el desaparecido diario Hierro.
Tras su gran temporada en Lasesarre y a pesar de aquel desgraciado descenso a 2ªB volvió a Lezama y del 81 al 87 jugó en el Athletic club colgando las botas en el Elche C.F. en 1988 habiendo disputado 188 partidos en primera división con 17 goles anotados.
Como entrenador ha estado en los banquillos de, entre otros, el Zalla Unión Club, la SD Lemona, Amurrio Club, y el Zamora Club de Fútbol. Cogió al Barakaldo C.F. mediada la temporada 2005/06 en la que salvó al equipo la última jornada en Anoeta. La siguiente temporada acabó 6º y la temp. 2007/08, que comenzó lidiando con el extraño caso de Rob Davies, terminó 4º clasificandose para el play-off. Su periplo gualdinegro finalizó en el estadio de Montilivi (Girona) aquella triste tarde de Junio de 2008.

Foto de Lasesarre cedida para Histórico Barakaldo C.F. por el blog Sestao en el recuerdo 

PROMOCIÓN DE ASCENSO 1976

Temp. 1975-76. Partido de vuelta de la promoción de ascenso a Segunda. Tras quedar subcampeones en la liga regular, el Baraka se jugó el ascenso frente al Cádiz C.F. proveniente de la Segunda División. (Jugaban la promoción de descenso) El nefasto 3-0 de la ida en el Ramón de Carranza fue imposible de voltear y los 2 goles de Uriona y el que marcó Sainz no fueron suficientes. Se lograría la campaña siguiente.

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