BARACALDO C.F. – CÁDIZ C.F. 78/79

EL BARAKALDO DE LA CRISIS ETERNA. Porque cualquier tiempo pasado no siempre fue mejor y porque todo pasa y nada cambia recordamos la enésima crisis del Barakaldo C.F. un 29 de Octubre de 1978. Meses después de rozar el ascenso el equipo se encuentra en el vagón de cola de Segunda y tras derrota volcánica en Lasesarre frente al Cádiz C.F. por 0 goles a 5 se desatan todas las hostilidades entre la masa social, dirigentes, jugadores y cuerpo técnico.
Excelente articulo de la época de EL CORREO

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«ROCKY» LICERANZU: «El estruendo de la vieja tribuna «acojonaba» al contrario»

Hubo un tiempo en que el Athletic enviaba a sus mejores cachorros a Lasesarre para que terminaran de afilar sus garras. Por el viejo estadio barakaldés, entre otros muchos, desfilaron los Oñaederra, Otaolea, Madariaga, Dani, Bengoetxea, Sarabia o nuestro protagonista, Íñigo Liceranzu, un magnífico exponente de aquella camada que tantos éxitos dio a los rojiblancos allá por los años 80. Un cuarto de siglo después, Rocky también tuvo la oportunidad de entrenar a nuestro equipo durante algo más de dos temporadas.

Comenzando por tu etapa de jugador, tú llegas al Barakaldo la temporada 80-81 cedido por el Athletic.
Sí, después de realizar la pretemporada en el Athletic con Helmut Senekowitsch, no me ven posibilidad de jugar aquella temporada. Tenía por delante a centrales como Guisasola, Andoni Goikoetxea o Purroy, así que llego a finales de agosto y debuto en el Torneo de La Galleta, un “clásico” que entonces el Barakaldo jugaba todos los años.

En un equipo en el que jugabas en el centro de la defensa junto con Carmelo.
…y con Irusta, también procedente de Lezama aunque mayor que yo. Jugué todos los partidos y todos los minutos; solo me perdí un partido por acumulación de tarjetas ante el Cádiz en el Ramón de Carranza. Jugué todos los minutos de los otros 37 restantes

Iñigo Liceranzu. Gol en Lasesarre Barakaldo C.F. 1980
19-10-1980. Liceranzu marcando su único gol como gualdinegro en un Baracaldo C.F. – Cádiz C.F. (2-0)

Aquella temporada hicistéis una primera vuelta muy aceptable con un Txiki Sainz que la acaba como máximo goleador de la categoría, pero que en cuanto empiezan a faltar sus goles, el equipo se viene abajo.
La verdad es que no sé muy bien las razones, porque no tuvimos un lesionado de larga duración. El fútbol muchas veces es inexplicable. Había una plantilla muy maja, ocho o nueve jugábamos casi siempre y creo recordar que entonces había que alinear a dos sub-20, una “patochada” que se le ocurrió a algún iluminado con la intención de rejuvenecer la 2ª división. Yo no lo era, tenía 21 años; estaban Zamorita, Uribe y Castander (también Teo Rastrojo, N. del A.). Teníamos un equipo que estaba bien para la categoría; no para hacer lo que tres años antes habían conseguido los Bengoetxea y Sarabia, cuando se estuvo a punto de subir, pero no para bajar.

En el banquillo Carmelo Cedrún, que a falta de cinco jornadas fue sustituido por Mané, un novato en la categoría.
Cuando llegó Mané aún había posibilidades de salvación, pero es muy poco tiempo para hacer algo. El nivel de aquel equipo no era para haber bajado, pero fuera sacamos muy pocos puntos. Yo creo que con Mané el equipo era un poco más estable. Con Carmelo Cedrún eramos una caja de sorpresas, podíamos ganar como nos podían ganar.

Del buen nivel en determinados momentos de aquella temporada, da buena cuenta la victoria en Lasesarre por 2-0 en la jornada 11 ante el Castellón, que llegaba invicto y que acabó ascendiendo y como campeón.
Recuerdo aquel partido porque Carmelo Cedrún me dice antes de empezar: “anule usted a Planelles”. Planelles era la figura del Castellón, un hombre que había jugado muchos años en primera división. ¿Cuál era el problema? Que Planelles era medio, con lo que estuve todo el partido en el medio campo, pero, eso sí, Planelles no la tocó. Yo, nada, pero él, tampoco.

Por cierto una de las imágenes más escalofriantes que recuerdo de aquella temporada fue un choque “cabeza con cabeza” con el malacitano Filgueira en Lasesarre.
Sí, recuerdo que la jugada fue al lado de los banquillos. Yo iba a por el balón, se metió él por delante, llegó antes que yo, y el cabezazo que iba a dar al balón se lo pego a él. Ambos acabamos sangrando, pero él, peor parado, ya que estuvo un par de días ingresado en Cruces con conmoción cerebral.

Y de aquella temporada es obligado recordar la eliminatoria de Copa del Rey de tercera ronda en la que os enfrentáis al Barcelona, a la postre campeón del torneo.
En esa eliminatoria fue al revés que en la liga: fallamos en casa, porque en el Nou Camp hicimos un partidazo. En Lasesarre la clave fue el danés Simonsen, nos volvió locos en la banda derecha. En el Nou Camp hicimos lo que pudimos, pero pesó mucho el 0-2 de la ida en Lasesarre; lo que hicimos fue echarle garra y amor propio, por eso empatamos a uno y dejamos muy buena sensación, aunque yo hubiera preferido que fuera al revés: perder 2-0 en Barcelona y en casa, al menos, haber sacado un empate para que los aficionados se fueran contentos.

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21-1-1981. Rocky Liceranzu defendiendo la zamarra del Barakaldo en el Nou camp

Alguna anécdota de aquella campaña
Recuerdo que antes de los partidos tenía la costumbre de tomar un bitter, el míster me veía hacerlo. En una ocasión que no lo tomé me dijo: “oiga, usted no se ha tomado el bitter, ¿cómo vamos a ganar así?”. Y es que Carmelo Cedrún era muy supersticioso. En el mundo del fútbol hay muchas manías: la mía era la de ser el último del once inicial en pisar el césped.

¿Mantienes contacto con aquella plantilla?
Muy poco. De los de Barakaldo, cuando he estado allí he visto a Juan Carlos o Manolo. Hace varios años estuve con Jon Agirrebengoa en Mungia. Alguna vez he coincidido en Lezama con Ángel Iturregi, y también me he encontrado con Sebas, mi pareja de mus en los viajes.

¿Consideras que el Barakaldo fue importante en tu evolución posterior como jugador?
Lo fue. Primero, porque jugué en una categoría superior a la que lo había hecho hasta entonces, 2ªB con el Bilbao Athletic. En segundo lugar, porque me sirvió para que los técnicos de Lezama ratificaran que si en 2ªB iba sobrado, en 2ªA, también. Jugué todo lo que pude y la federación me permitió; solo me perdí un partido por acumulación de tarjetas. El resto, todo y todos los minutos.

Por cierto, en aquella época era muy habitual que el Athletic enviara jugadores a “curtirse” a Lasesarre. Sin ir más lejos, en el equipo campeón de las ligas 82-83 y 83-84 estabáis Dani, Sarabia y tú, que habíais jugado en el Barakaldo.
Sigue habiendo cesiones; de hecho, yo cuando estuve entrenando tuve a Jon Vélez y Moya como cedidos. ¿Qué es lo que ocurre? Que el Barakaldo no está en 2ªA; si lo estuviera estoy convencido de que habría 3 o 4 jugadores cedidos todos los años, y no de los que salen de Bilbao Athletic o Baskonia, sino de aquellos a quienes no se ve aún posibilidad de jugar en primera, pero que pueden estar en segunda.

Barakaldo C.f. Rayo Vallecano 1981
8-2-1981. A.D. Rayo Vallecano-Baracaldo C.F. (3-1) Santamaría, Juan Carlos, Carmelo, Rastrojo, Dueñas, Juan Ángel, Liceranzu (de pie). Manolo, Sainz, Iturregui, Uribe (agachados).

EL BANQUILLO DE LASESARRE
Rocky Liceranzu entrenador Barakaldo C.FTras dos décadas y media, en la temporada 2005-06 vuelves al Barakaldo, pero al banquillo. A falta de ocho jornadas, para sustituir a Iñaki Zurimendi, cesado tras una derrota en Portugalete por 2-1, y en una situación ciertamente complicada.
Juegan por la mañana. Yo estaba en Mendizorroza viendo un partido del Alavés y recibo unas llamada del presidente Miguel Acero para decirme que estaban reunidos y que querían estar conmigo. Quedamos aquella noche y en menos de media hora llegamos a un acuerdo. El Barakaldo tenía muy buen equipo y yo tenía la ventaja de que conocía a casi toda la plantilla y a muchos de ellos los había tenido en el Amurrio.

El equipo se salva de promoción y descenso en la última jornada tras una victoria por 0-1 ante la Real B con gol de Joseba Del Olmo.
De los ocho partidos restantes, tuvimos que ganar cinco, lo cual no está nada mal. Recuerdo que en aquel partido ante la Real B que, por cierto, ya se había metido en el play-off, metí en el equipo a gente veterana como Armendariz y Galder, porque creo que es lo que hacía falta en esa situación. De aquel equipo, el único fijo era el lateral izquierdo Txiki Lombraña, cuya titularidad yo ya anunciaba en el entrenamiento del jueves. Recuerdo que en mi primer partido contra el Real Unión, que perdimos por 0-1 en Lasesarre, fue expulsado: me pidió perdón varias veces; a la tercera tuve que decirle que no le diera más vueltas y dejara de pensar en ello.

Continúas la siguiente temporada, en la que hay una renovación casi absoluta de la plantilla.
Entre otros, llegan jugadores como Cerro, Álvaro o Solaun, a quienes yo había entrenado en el Amurrio, Moya y Jon Vélez, cedidos del Athletic, o Ibai Rejas, un jugador muy polivalente a quien yo ya había visto con 18 años en el Aurrera de Vitoria y me había impresionado por su rapidez.

Se termina la temporada en sexto lugar. ¿Lo consideraste un éxito o un relativo fracaso?
Para mí, aquella temporada ocurre algo muy importante y es que a mitad de temporada nos quedamos sin Unai Alba, que ficha por el Athletic y llega Iago Herrerín, aún muy joven. Ese cambio fue muy importante, vital, ya que Unai era el mejor portero de la categoría y, probablemente, nos hubiera dado esos dos puntos que nos faltaron para entrar en el play-off. No obstante, creo que fue una temporada mejorable, porque también teníamos a Jon Velez, un Ferrari, rapidísimo, el mejor punta de la categoría.

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IÑIGO LICERANZU, más de dos temporadas en el banquillo de Lasesarre

…y en Lasesarre comienzas a ganarte fama de “amarrategui”.
El público decía que lo era, pero el caso es que hicimos bastantes goles, y eso que entonces aún no había la cultura que hay hoy en día de defender con el balón, con la posesión. Cuando no lo tienes, habrá que defender. Recuerdo que en defensa tenía un pilar, que era el jefe, Javi Cerro, rápido y que, sin ser muy alto, iba muy bien por arriba, disciplinado e inteligente. Si le decías, “ese no tiene que tocarla”, no la tocaba; tenía unas cualidades físicas enormes.

La siguiente temporada, vuelta a empezar: muchas bajas y muchas altas.
Hay que rehacer. Ahí es cuando llegan Kali Garrido, Huegún o Rebollo, un hombre que había empezado a jugar al fútbol muy tarde, pero que tenía una técnica espectacular. También llegan Koldo Garcés del Sestao y Antxon Muneta del Zalla. Teníamos dos laterales como Urbano, que arriba te daba lo justito, pero que atrás era inconmensurable, y por la izquierda Lombraña: los que jugaban por delante de él tenían la orden de que cuando pasaba “el expreso”, ellos hacia dentro, dejándole sitio, y luego balón por delante, a la carrera porque Txiki, con el balón en los pies, era algo torpe, pero si se lo dabas en carrera era capaz de ponerla muy bien. Eso, a la parte derecha del equipo contrario la mataba; basculábamos hacia ese lado. Y tampoco me quiero olvidar de Isidro, un jugador al que había traído la temporada anterior tras hablar con Raúl Otxoa, a quien había tenido en el Amurrio, y que había sido compañero suyo en el Chaves portugués. Me dice que lo lleve a ojos cerrados, aunque ya tenía 35 años. No jugaba mucho de inicio, pero prácticamente entraba en todos los encuentros. Leía muy bien los partidos: si íbamos 0-0 y había que acelerar el partido, él lo aceleraba; si lo sacaba con 2-0 a favor, y había que templarlo, él lo templaba. Un jugador veterano, de esos que saben lo que hay que hacer en cada momento y que, además, en las jugadas a balón parado, la ponía muy bien.

No obstante, la temporada llevaba camino de ser gris, hasta que enlazáis seis victorias seguidas, entre las jornadas 19 y 24, que os meten arriba.
Sí. Fuimos de menos a más y cuando llegamos a las últimas jornadas, estábamos que nos salíamos. Como empieces muy fuerte y llegues al final fundido, no tienes ninguna posibilidad. Al principio no apretábamos tanto, para llegar al final como llegamos.

Y llegamos vivos al partido de Ponferrada en la última jornada. Y lo ganamos…
Tuvimos la suerte de que la Ponferradina no se jugaba nada, ya habían quedado campeones de grupo. Por eso, aunque se pusieron 2-1, siguieron jugando abiertos; de hecho, hay un mano a mano con Xabi Pascual, que al final la salva, que podía haber sido el 3-1. Luego, dos goles de Germán Beltrán, que había salido desde el banquillo, nos dieron la victoria y la clasificación.

Y al play-off. Contra el Girona.
La ida, en Lasesarre, fue un monólogo. Si hubiera tenido que ganar alguien, teníamos que haber sido nosotros, pero no ganamos porque no acertamos. Nos fuimos con el mejor empate posible y había sensación de que podíamos. Allí la tuvimos, con el penalty fallado por Beltrán, que hubiera sido el empate a uno pero no lo metimos.

¿Diste el objetivo de la temporada por cumplido o crees que se podía haber subido?
Estuve una semana que no sabía ni donde estaba, porque el disgusto que me llevé fue de los gordos. Yo veía que ese año, esa plantilla podía subir; además, físicamente, estaban en unas condiciones muy buenas. Era el momento y, además, lo tuvimos en las manos.

Por cierto Íñigo, ¿Beltrán era tan decisivo como nos parecía a todos?
Beltrán era el gol. Recuerdo un partido en Las Gaunas contra el CD Logroñés, épico. Estábamos aguantando el 0-0 pero nos estaban llegando; de pronto, coge Germán un balón por banda, dribla a uno y se la mete al portero por el palo contrario: 0-1 y se acabó el partido. Decisivo.

Es obligado preguntarte por el affaire Rob Davies.
Simplemente se enfadó porque no jugaba. Recuerdo un partido de Copa contra el Mirandés, que se decidió a penaltys. Él fue uno de los que lanzó: le pegó duro y lo metió; a continuación, me viene y me dice: “¿Lo he hecho bien?¿Te gusta cómo lo he tirado?”, y ya ahí me dije, “este está enfadado”. Al poco tiempo desaparece, pero yo no dije en ningún momento que se fuera, de hecho, entraba en esos 20-21 jugadores con los que yo contaba, pero se fue él.

Pese a alcanzar el play-off, no continúas en el banquillo gualdinegro.
Creo que fue en la jornada 26, no recuerdo contra quién jugábamos, el público comienza a meterse con el equipo y yo lo que digo en la rueda de prensa es que el público no se preocupe y que anime a los jugadores, que yo al final de temporada me voy. Si no estaban contentos, yo tenía claro que me marchaba, por lo que lo único que hice fue cumplir con la palabra dada. Hubo muchos que me dijeron que me tenía que haber quedado, que podríamos haber conseguido el ascenso la temporada siguiente, pero tal y como estaba el público era muy difícil, porque desde el minuto uno ya estabann pitando. Y yo decía, no les pitéis porque les influye y si queremos obtener los resultados, esto no nos va a ayudar mucho; si el problema soy yo, me voy.

¿Consideras que el público de Lasesarre fue excesivamente crítico contigo?
No, si el ser crítico conmigo está bien. El problema es que lo estaba pagando el equipo, se ponía nervioso y no jugábamos bien.liceranzu historico barakaldo cf

¿Crees que los aficionados barakaldeses somos demasiado exigentes?
Si estás en 2ªB, tienes que ser consciente de que estás ahí y no vas a tener jugadores de 2ªA. Este año, creo que tiene un delantero de 2ªA como es Vitoria. Si no estás de acuerdo con el entrenador, espera al final y pitas al entrenador, pero no pites al equipo.
¿Volverías a entrenar al Barakaldo?
Sí, pese a que Barakaldo es un sitio complicadito. Yo estuve más de dos años, pero es muy difícil, hay mucha tensión.

UN FÚTBOL DISTINTO
¿Ves muchas diferencias entre el fútbol vizcaíno de antes y el actual?
¡Hombre! Desde el momento en que han cambiado los campos, que ahora son de hierba artificial, es evidente que las hay. Nosotros, de chavales, jugábamos en arena o barro, donde no se podía jugar igual que en hierba artificial; el tipo de jugador que salía de ahí es muy diferente al que sale ahora que, técnicamente, es mejor, pero en cuanto a fuerza, velocidad, garra y ganas, yo creo que eran mayores antes, al llevar desde niños peleando contra más obstáculos que ahora. ¡Ojo! No porque fuéramos unos fenómenos.

¿No crees que el Athletic es demasiado absorbente a nivel del fútbol en Bizkaia?
Yo creo que si el Barakaldo estuviera en 2ªA, iría más gente a Lasesarre. El Athletic, además, le ayudaría más con jugadores, por pura conveniencia. No es solo que esté el Athletic, porque hay sitio para un Barakaldo en 2ªA, pero si no has estado en esa categoría desde 1981 no es porque el Athletic esté al lado: mírate a ti mismo, porque algo has hecho mal.

Por último, has jugado en tres estadios míticos: Anfield…
Lo que más me llamó la atención de Anfield es que no tenía vallas, cuando aquí, en aquella época las había. De aquella eliminatoria recuerdo que el Liverpool, que fue el campeón de esa edición de la Copa de Europa, tenía un equipazo. Te diré que solo una vez me han dado calambres en un partido y fue contra el Liverpool, de lo que te hacía trabajar Ian Rush, estaba continuamente moviéndose.

…el viejo San Mamés…
El viejo San Mamés…Me llevé un disgusto cuando lo tiraron. De hecho, no he ido al nuevo hasta la temporada pasada contra el Sevilla; no tenía ganas, me daba cosa…El nuevo es un campo para el futuro, pero el viejo tenía el sabor tradicional.

…y el viejo Lasesarre.
Sobre todo, recuerdo el estruendo de la vieja tribuna de madera: a nosotros nos tiraba para arriba y al contrario lo tiraba para abajo, lo acojonaba. Yo estuve un año que, en lo deportivo no fue bueno a nivel general, aunque sí en lo particular. Hice buenos amigos allí, había una buena plantilla: Juan Carlos, Manolo, Agirrebengoa, Iturregi, Sebas, Carlos o Juan Ángel que, recuerdo, tenía un restaurante en Kareaga al que íbamos a comer. Fue divertido.

EL ZURDO PARA HISTÓRICO BARAKALDO C.F.

 

AIZPURU, OTRO DE LOS RETOÑOS DEL CHOPO

Aizpuru portero Barakaldo CF

Haber hablado con José Miguel Aizpuru (26/10/1948 Bilbao, Bizkaia), aunque haya sido telefónicamente, es una de esas muescas que uno deseaba hacer en su culata gualdinegra. Dicho y hecho. Con el que durante cuatro temporadas fuera el inquilino de la portería del Barakaldo CF hemos compartido vivencias de una época que tuvo probablemente las luces más brillantes de la historia gualdinegra, pero también esas eternas sombras, que nos son tan propias y conocidas, y, por qué no decirlo, tan intrínsecamente nuestras.

Aizpuru fue uno de tantos retoños de la cantera bilbaína que crecieron alrededor del mítico y legendario chopo de San Mamés, José Ángel íribar, y que ante la imposibilidad de disfrutar de minutos entre los tres palos de la meta rojiblanca, optó por buscarse la vida en otras latitudes. A uno le vienen a la cabeza los Deusto, Burgueña, Basauri o Santamaría que encontraron acomodo en equipos de Andalucía o Levante. No decidió hacerlo tan lejos el protagonista de nuestra entrevista, José Miguel Aizpuru, aunque su primera incursión fuera de nuestra tierra fue, como la de tantos otros por aquel entonces, para cumplir el servicio militar. En concreto, la temporada 70-71, jugó en el Racing de Ferrol. “Pero no llegué a debutar”, nos cuenta. “Me rompí el escafoide y estuve casi dos meses escayolado”.
De vuelta a Bilbao, en la temporada 71-72 comienza con el Bilbao Athletic en tercera división, pero ese mismo año Salvador Artigas, entrenador del Athletic, reclama su presencia en la primera plantilla, donde comienza también la siguiente campaña a las órdenes del serbio Milorad Pavic, en la que los rojiblancos obtienen el título de Copa ante el Castellón, “pero tenía por delante a Íribar, que eran palabras mayores, y a Marro, así que como no jugaba nada, y pese a que tenía otro año de contrato, hablé con el gerente José Ignacio Zarza y le dije que me buscara algo. Vino el Burgos, así que me fue allí”, nos cuenta. En el cuadro castellano, Aizpuru pasó dos temporadas, ambas en segunda división, jugando un total de 21 partidos, abandonando el club a la conclusión de la campaña 74-75. “Recibí la llamada de José Ignacio Méndez (entonces Secretario General, N del A.) para fichar por el Barakaldo, y como ya tenía dos hijos y el tercero venía en camino dije, ¡nos vamos para casa!”.
Su primera temporada en el Barakaldo fue la 75-76. “Con Juanito Arriarán en el banquillo jugamos la promoción de ascenso a segunda contra el Cádiz, tras quedar segundos por detrás del Pontevedra”, recuerda. Una promoción en la que las opciones gualdinegras fueron más bien pocas: “El Cádiz era un equipo muy bueno, en el que, entre otros, destacaba especialmente el delantero barakaldés Íbañez. Allí perdimos por 3-0 y aquí, aunque nos adelantamos con un gol de Txiki Sainz, ganamos por un insuficiente 3-2”.

Aizpuru Lasesarre Barakaldo CF
Aizpuru defendiendo la portería del Barakaldo en Lasesarre

La siguiente temporada se produce la llegada, procedente de la Gimnástica de Torrelavega, de Manuel Fernández Mora Moruca, probablemente el entrenador que más profunda huella haya dejado en Lasesarre y a quien Aizpuru recuerda con enorme cariño. “Moruca era un fenómeno. Además era muy compañero, todos estábamos muy contentos con él. Era un tío muy normal del que recuerdo que le gustaba mucho la pizarra: antes de cada partido nos ponía delante de ella para ilustrarnos la táctica con muñequitos”, recuerda Aizpuru. Lo cierto es que el Barakaldo se pasea en el grupo I de la Tercera División y consigue el retorno a la división de plata del fútbol español. “Nos hinchamos a meter goles. Teníamos buena gente arriba: Larreina, Sebas, Regúlez,… “, comenta.
No obstante, lo mejor de la trayectoria del guardameta bilbaíno en su periplo fabril estaba por llegar. “Mantuvimos la buena plantilla que teníamos y llegaron dos refuerzos del Bilbao Ath.: Bengoetxea y Sarabia. Tampoco es que estuviéramos muy al corriente de lo que podían llegar a ser, sobre todo Manolo”, nos cuenta, al tiempo que aprovecha para recordarnos una anécdota: “Recuerdo que cuando llegaron, en un entrenamiento estaba con Moruca, que como te he comentado era una persona muy cercana, y cuando empezamos a ver las evoluciones de Sarabia, le dije, «oye míster, ¿pero quién es este tío que nos han traído aquí?». ¡Fíjate tú la que armó!”, comenta divertido. Y es que la aportación goleadora de los dos cedidos resultó determinante para que aquella temporada 77-78 el Barakaldo rozara la hazaña del ascenso a la máxima categoría. “Además de ellos, teníamos una plantilla muy completa a la que también habían llegado el defensa Docal, procedente del Valladolid, y el centrocampista Duñabeitia, procedente del Zaragoza, entonces en primera división. Estaban Manolo, Carmelo, Martín, Dueñas… Así y todo, empezamos la temporada pensando en no bajar a tercera, pero empezamos a sumar y nos metimos arriba. Hacíamos bromas y todo: «¡El año que viene: Barakaldo-Barcelona. Ya verás tú cuando vengan y vean esta tribuna y estas casetas! », rememora jocoso. Lo cierto es que el equipo gualdinegro llega a la última jornada a dos puntos de segundo y tercer clasificados, el Celta y el Recreativo de Huelva, a los que supera en el average particular, por lo que necesita de una victoria en Tenerife y de la derrota de uno de los dos. “ la mala suerte de que tanto el Castellón, rival del Recreativo, no se jugara nada, como que al Getafe, del Celta, le bastara un empate para salvarse”, señala. Los tres partidos se saldan con empate a cero y el sueño del ascenso se esfuma.
Para Aizpuru, la clave de aquella exitosa campaña estuvo en el gran ambiente reinante en la plantilla: “Era un grupo en el que yo era de los más veteranos, porque empezaban chavales como Sebas, Delgado o Manolo, pero hacíamos un gran grupo. Acababa el entrenamiento y nos íbamos todos a tomar una cerveza a un bar que había a la vuelta de Lasesarre”. Y en concreto, tiene un recuerdo muy especial para un hombre, todo furia y pundonor: Larreina. “Habría que hacerle un monumento en Lasesarre”, apunta.

Plantilla Barakaldo 1977-79 Lasesarre
Plantilla del Baracaldo C.F. 1977/78 al final de temporada. Aizpuru, el primero de la fila de arriba

Un nuevo descenso
Y fiel a lo que ha sido nuestra historia, paso del blanco al negro sin solución de continuidad. Se produce el retorno de Sarabia y Bengoetxea al Athletic, la marcha de Benito al Recreativo, y Mora se va a probar fortuna al banquillo de uno de los gallitos de segunda: el Elche (donde, por cierto, solo dura 14 partidos). Su sustituto fue Manuel Martínez Canales, “Manolín”. La campaña concluye con un incontestable descenso, pese a que la pretemporada auguraba todo lo contrario. “Ganamos el torneo Príncipe Felipe en Santander, venciendo a dos primeras como el Racing y el Sporting de los Morán, Quini, Ferrero o Cundi, que venía de acabar quinto y que esa temporada sería subcampeón de liga. Pero es que también habíamos superado por penaltis al Athletic en Lasesarre en las semifinales de los «Juegos de Euskadi”, señala Aizpuru, para quien una de las claves estuvo en la falta de acierto arriba: “No le hacíamos un gol ni al arco iris. Recuerdo que nos trajeron cedidos del Burgos al argentino Cioffi y a Emilio Faubel, pero no hubo manera. Además, Manolín quizás estaba ya un poco de vuelta de todo, y su sustituto, García de Andoín, tampoco consiguió enderezar la marcha”.
Uno de los borrones particularmente dolorosos de aquella campaña se produce en la octava jornada, en un encuentro ante el Cádiz en Lasesarre, que concluye con una contundente derrota por 0-5 y con la dimisión en bloque de la directiva encabezada por Jose Mari Bañales. “Aquel partido no lo jugué. Recuerdo que el día anterior llamé a Juanjo Campa, el masajista, por una molestia que tenía en el vientre y que parecía apendicitis. Me llevaron a la clínica y me realizaron unas pruebas en las que no se detectó nada, pero por precaución me quedé en el banquillo y Manolín, que las pasaba canutas, me decía «¡Ay Dios mío, ahora esto!»”, recuerda, al tiempo que aprovecha para ensalzar la figura de Jose Mari Bañales: “Era una persona entrañable, un fenómeno. Me dio muchísima pena cuando se marchó”.

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Con el descenso, llega también la decisión de José Miguel Aizpuru de dejar el fútbol, pese a que todavía solo tenía 30 años. “Podría haber seguido. El presidente Andrés Vázquez quería que continuara y también me llamó José María Negrillo, que había sido ayudante de Max Merkel, y que me había entrenado en el Burgos, para que me fuera al Jerez, pero había comenzado con algunos negocios así que decidí dejarlo”, señala. Aunque no del todo: Aizpuru nos recuerda una divertida anécdota que le sucedió unos meses después. “Estaba por Deusto cuando de repente me ve el presidente del Deusto, que entonces militaba en tercera división, y me dice que les tengo que hacer el favor de jugar con ellos, ya que tienen a sus dos porteros lesionados. Le dije: ¡no me jodas, que llevo más de medio año sin jugar! Pero ante su insistencia me tuve que poner los guantes de nuevo. Jugamos contra el Lagun Onak y el Talavera. Después del primer partido, tenía agujetas”, nos recuerda.
Después de casi 40 años de su paso por el Barakaldo, de cuya actualidad le gusta estar al tanto, Aizpuru evoca con mucho cariño su paso por nuestro equipo. “A mí en el Barakaldo me salió todo bien. La verdad es que no tengo más que buenos recuerdos de mi Barakaldo”. Y, creenos José Miguel, los que tuvimos la suerte de verte defender la portería gualdinegra, no tenemos más que buenos recuerdos de ti.

Una entrevista de  EL ZURDO para HISTÓRICO BARAKALDO

MANOLO: “Antiguamente, nadie se planteaba otro plan para el domingo que no fuera el bajar a Lasesarre”

Una mañana soleada. Un cortado con hielo y un zurito en la terraza de un bar del barrio de Arteagabeitia. La función grabadora de un teléfono móvil encendida encima de la mesa. E interrupciones. Interrupciones de hombres que pasan con las bolsas de la compra o que vienen de pasear de Gorostiza. Señores que reconocen la cara de una de las dos personas que se sientan a la mesa.
“¡Qué bien se te ve, Manolo!”. “¡Pasa buen día, Manolo!”. “A disfrutar Manolo y compañía y aúpa Baraka!”.
Una terraza, en el barrio de Arteagebeitia, fue el lugar elegido para charlar con Manuel López Martínez (Villa del Campo, Cáceres, 23/12/1954), más conocido como Manolo, integrante de aquel Barakaldo que soñó con ascender a Primera división. Pero también de otros Barakaldos que militaron en 3ª, de otras escuadras cuyos jugadores vistieron la zamarra gualdinegra durante muchas temporadas, vivían en el pueblo y eran reconocidos y admirados por los aficionados del club fabril.
Son, precisamente, esos hinchas, ya talluditos y peinando canas, los que saludan a Manolo; los que no olvidan que un día fue el capitán del equipo de su pueblo; los que reconocen más la cara de este bravo jugador, a pesar del paso del tiempo, que muchos de los rostros de las actuales plantillas; los que interrumpen una entrevista que Manuel López, Manolo, ha concedido a Histórico Barakaldo para hablar de aquellos Barakaldos, de aquel fútbol, de recuerdos y emociones en amarillo y negro.
Sorteadas las interrupciones, volvemos a apretar el botón de ‘REC’.
Barakaldo Cf 1976
1976/77 Arriba: Abiega, Arechalde, Raúl, Ceballos, Benito, Cucó. Abajo: Sainz, Manolo, Inoriza, Juan Carlos y Collantes

Los que vieron jugar a Manolo en los años 70 y 80 del pasado siglo, le definen como un futbolista bravo, un lateral derecho de gran recorrido. ¿Cómo se definiría Manolo a sí mismo como jugador?

¿Cómo me definiría? No sé… no voy a decir que fuese rápido o que no lo fuese, si bien es verdad que me gustaba mucho correr la banda. Tampoco diría que desechase el aspecto técnico. No sé, no era el típico jugador que solo marcaba al contrario sino que también me volcaba al ataque, que tenía tendencia ofensiva. De hecho, empecé de centrocampista en el Barakaldo juvenil, pero por circunstancias del juego, lesiones de compañeros y tal, acabé retrasando mi posición y acabé de 2, pero, como te decía, con las características típicas de lo que hoy entendemos como la figura del carrilero, algo que, por otra parte, encajaba con el estilo de fútbol que propugnábamos y con el tipo de futbolistas que teníamos.

¿Cómo era, pues, ese estilo que proponíais?

Diferente en cuanto a conceptos. Hoy se juega de una manera distinta, sobre todo en cuanto a la velocidad. En la actualidad, la gente físicamente está mucho mejor preparada que entonces pero eso no nos tiene que llevar a pensar que el fútbol de entonces fuese exclusivamente aguerrido o carente de técnica. Éramos muy intensos, claro, porque eso es lo que pedía la grada de Lasesarre, pero había gente que jugaba al fútbol de maravilla. También era otro tipo de fútbol porque, independientemente de cómo se jugase, estaba el factor reglamento que, en aquellos años, era mucho más permisivo que ahora. Hoy en día haces un agarrón y te sacan amarilla y eso, antes, era impensable. Yo, de hecho, empecé a jugar con tarjetas los últimos años de mi carrera.

Por último, está el propio campo. Lasesarre, el estado del césped, también condicionaba el juego. Si a los que jugábamos entonces nos hubiese tocado un campo como el que hay ahora, tendríamos que haber cambiado el estilo, volcándonos en mejorar tanto táctica como técnicamente.

Ahora que haces referencia a Lasesarre, más allá de las condiciones para la práctica del fútbol, ¿cómo era el estadio en aquellos años?, ¿qué ambiente se respiraba?

Uf, era increíble. Estando en 2ª división, el segundo año, el que estuvimos a punto de ascender a primera, la entrada media a Lasesarre cada domingo era de unos 10.000 o 12.000 espectadores. En tercera, también tenía unas entradas muy fuertes porque había partidos y rivales muy interesantes.

En todo caso, el ambiente que se respiraba aquellos años en Lasesarre era ambiente de fútbol. Los partidos siempre eran el domingo a las 17:00 de la tarde y nadie se planteaba otro plan que no fuera el bajar a Lasesarre. Veías por el pueblo unas colas de gente bajar al campo impresionantes. Se creaba un ambiente de fútbol total, en un campo tan auténtico y vetusto como era aquel y eso lo notábamos los futbolistas. Era una gozada jugar así, a pesar de las dificultades, que las había, como, por ejemplo, el tema de las mareas de la ría que inundaba el vestuario… pero, como digo, el ambiente era espectacular.

Te escucho y la pregunta que me surge es qué ha pasado para que esa imagen, para que ese ambiente de fútbol se haya mermado tanto en relación con el Barakaldo.

Son un montón los factores que pueden explicarlo. No se puede comparar lo de ahora con lo de antes. El ambiente era distinto. Ahora no hay tanta implicación de la propia plantilla del club con el pueblo. Hoy vas por Barakaldo y, salvo a uno o a dos, no conoces a nadie. Antes los jugadores parábamos en los bares, éramos un bloque de compañeros que nos juntábamos tanto dentro como fuera del fútbol y alternábamos por el pueblo. Era otra cosa, había otra comunión. El fútbol era diferente. Era igual menos materialista que ahora, que, ojo, me parece muy bien el profesionalismo del fútbol actual, pero son conceptos diferentes. Es difícil explicar qué ha cambiado en una frase porque han cambiado muchas cosas: los sistemas, los métodos, la forma de sentir, no hay repercusión mediática… jugar contra equipos que, con todos mis respetos, no son muy atractivos pues también hace que el ambiente decrezca, que la gente diga “otra vez”.

También es verdad que las últimas promociones que ha jugado el Barakaldo, la gente hemos respondido, hemos bajado al campo… o sea, cuando hay una motivación la gente responde… pero son esas cosas puntuales. Antes el público, como decía, tenía asumido que el domingo había que ir al fútbol, a Lasesarre y ahora, como eso no se da, es el equipo el que tiene que enganchar al público y si el equipo no transmite algo, difícil asunto.

Ascenso 1977 Barakaldo Herriko Plaza
La Herriko plaza a reventar en la celebración del ascenso del 77

Me ha gustado que emplees esa primera persona del plural al referirte a que “hemos respondido”. Y es que, de alguna forma u otra, llevas toda tu vida vinculada al Barakaldo.

Pues imagínate. Estuve siete temporadas en el Barakaldo, de 1974 a 1981. Antes estuve un año cedido en el Portugalete y dos años en el Barakaldo juvenil. Antes de esto no había estado en ningún otro equipo. Soy un producto de la cantera. Después del Baraka, fui al Burgos, donde estuve tres años, en 2ªA, en la época “dorada” en la que no se pagaba.

Después de la experiencia en el Burgos, regresé a Barakaldo donde compaginé mi profesión como profesor de Educación Física en El Regato con entrenar al Barakaldo juvenil. Luego, en los años 1995 y 1996, estuve de segundo entrenador con Ricardo Moreno. Fueron dos campañas y, en la segunda, le destituyeron cuando faltaban 6 o 7 partidos y, aunque tenía pensado marcharme con él, al final me quedé como míster del primer equipo en una situación delicada porque estábamos para descender pero al final lo salvamos.

Además, estuve de directivo con Miguel Acero. Entré de director deportivo y a los 6 meses me marché, por decisión personal, al ver cómo se estaba gestionando el club a nivel deportivo.

En todos esos años vistiendo la camiseta gualdinegra, has estado a las órdenes de muchos entrenadores. ¿Qué recuerdos guardas de ellos?, ¿te marcó alguno especialmente?

¿Entrenadores? Pues fíjate, he sido pupilo de nombres como los de Eusebio Ríos, Arriarán, Beaskoetxea, Fernández Mora, Carmelo Cedrún… precisamente, en la temporada de Carmelo, jugué de interior.

Por destacar, destacaría a Manuel Fernández Mora, Moruca. Fueron dos campañas con él y una de ellas la famosa en la que casi hacemos la machada de subir a 1ª. Guardo muy buen recuerdo de él. De aquí se marchó al Elche.

Además de Moruca, el mejor de todos para mí fue Eusebio Ríos aunque eran muy diferentes entre sí. Y muy diferentes con los entrenadores de ahora. Antes hacían de todo: ejercían de entrenador, de preparador físico, de entrenador de porteros, de utillero… Antes no había flechitas ni cosas así.

Por último, aparte de estos, me acuerdo mucho de Pedro Mari Beaskoetxea, sobre todo por lo que fue la temporada 79-80, en 3ª. Con él, ascendimos a 2ª otra vez, perdiendo 3 partidos en toda la liga. Curiosamente, Pedro Mari Beaskoetxea era el típico entrenador raro para aquella época porque le gustaba un poco el estilo de ahora: tocar, tocar, tocar… le daba lo mismo que en defensa le hicieras un caño a uno. No le gustaba, sin embargo, que se jugase al pelotazo, te echaba la bronca si lo hacías… y, jugando así, perdimos 3 partidos en toda la liga. Pues bien, la gente, el aficionado nos pitaba todos los partidos porque no le gustaba ese estilo de juego. De hecho, a pesar del ascenso, fue cesado la campaña siguiente.

Evidentemente, dado que te he preguntado por los entrenadores, qué decir de la infinidad de jugadores con los que has compartido vestuario…

Si hablamos de jugadores, más que destacar a uno u otro, me gustaría resaltar que, en aquellos años, éramos un bloque. Entonces no variaban tanto las plantillas. Esa fue una de las grandes ventajas que tuvo el Barakaldo en su momento. Yo en los 7 años que he estado en el Barakaldo, la mayoría de ellos, por no decir todos, cambiaban 4 o 5 jugadores, por lo que hemos sido compañeros muchos años juntos, haciendo un grupo muy fuerte. Nos conocíamos perfectamente y las novedades que venían eran para mejorar el grupo consolidado.

Creo que esta puede ser una de las claves que explique que en los últimos 15 o 18, 20 años, el Barakaldo, para mí, sea un desconocido a ese respecto. No sé si es porque el fútbol está así, pero lo que no entiendo es como el Barakaldo puede cambiar 15 o 18 jugadores de la plantilla todos los años.Indudablemente si quieres hacer un bloque, no puedes estar trayendo todos los años a tanta gente nueva. De hecho, conozco pocos equipos, hoy en día, de un poco de nivel, que cambien tanto las plantillas como el Barakaldo, por lo tanto, algo se está haciendo diferente, no digo mal, aunque creo que no muy bien porque lo que se está demostrando es que desde el año que yo me marché, el Barakaldo no ha vuelto a ascender y estamos hablando ya de 36 años. Vale que se han jugado 10 u 11 promociones y entendiendo que es muy difícil subir y que hace falta una dosis de suerte, creo que el problema está en cómo se planifican las plantillas. No sé, nosotros jugamos tres años en 2ª y tres años en 3ª pero tanto en los ascensos como en los descensos, no cambiábamos 15 jugadores, ni por bajar ni por subir.

No es normal, en definitiva esta situación y considero que algo hay que cambiar para conseguir mantener un bloque. No puede venirnos un entrenador pidiendo 15 jugadores. Yo eso no me lo imagino, por ejemplo, en el Athletic.

Manolo Barakaldo CF trofeo a la regularidad 1978
Manolo recibiendo el trofeo a la regularidad. Baracaldo C.F. 1977/78

¿Y qué crees que es lo que habría que hacer o cambiar?

Bajo mi punto de vista, atar a la gente joven con proyección. Sé que esta apuesta tiene dos variantes: o te piden mucho dinero o te la tienes que jugar con ellos con un contrato un poco mayor en el tiempo. Sea como fuere, por algo, por un modelo de los dos hay que apostar. Además, lo que no se puede es esperar a junio para renovar a la gente. Hay que empezar a tantear en enero o febrero a la gente a la que quieres renovar y negociar para que se quede y firme entonces.

Insisto: hay que apostar por gente joven con posibilidades aunque se arriesgue un poco de dinero. Cinco, seis, siete chavales, firmo con ellos tres años y voy consolidando un bloque. Y la gente tiene que saber que venir a Barakaldo hoy, al menos a nivel de Euskadi, es un escaparate y también hay que jugar con eso. Como ya he dicho, he sido directivo, jugador, entrenador… entiendo que es difícil pero hay que hacer apuestas.

Volviendo a los jugadores, aún dejando claro que lo que más quieres subrayar es el valor de que erais un bloque, de quién te acuerdas más, quién te impresionó teniéndolo a tu lado…

Es difícil destacar a uno o a dos… nombres que me vienen a la cabeza pueden ser los de Larreina, Regúlez, Delgado, Collantes, Dueñas, Manolo Sarabia, por supuesto… muchos… todos los que formábamos el bloque y que, como he dicho al principio, era gente que jugaba muy bien al fútbol.

En este sentido, hay un partido que lo tengo grabado en la retina y que no es por lo que yo hice ni por lo que hizo el Barakaldo, sino por lo que hizo uno de mis compañeros. Jugábamos en Turón, Asturias, en plena zona minera, en 3ª. Si nuestro campo tenía barro, aquel era el copón. Nosotros jugábamos por el ascenso y ellos por salvarse. Aquel partido empezó a llover y había un barro increíble por lo que el partido se convirtió más en una gran disputa que en otra cosa. All descanso perdíamos 1-0. Lo que ellos no sabían es que nosotros teníamos al Toro Larreina. Él ganó el partido. Él solo. Nunca he visto a ningún jugador entregarse tanto como lo hacía aquel. Se pegaba con todo: luchaba, bregaba y, como te digo, él ganó el partido. Acabamos 1-2. No se me olvidará aquel partido de Larreina.

Por lo que vas contando, en aquellos años, la situación del Barakaldo era, a nivel de competición, como una montaña rusa: ascensos, descensos…

Efectivamente. Muchas veces suelo decir, aunque la gente no se lo tome muy en serio, que jugar en el Barakaldo es tan difícil como jugar en el Barça o en el Madrid o en alguno de esos. Es porque son equipos que siempre tienen que estar arriba, que siempre tienen que ganar. Cuando estábamos en 3ª, el objetivo era ascender, siempre. Y en 2ª era una lucha perenne por no bajar. Entonces, claro, los entrenadores apostaban por gente joven porque te juegas todo. Jugar en el Baraka no era jugar a quedar 7º o 10º, los objetivos en el Barakaldo nunca eran medianías.

Esto respondía, claro está, al nivel de exigencia que siempre ha mostrado el socio del Barakaldo CF.

Claro, pero por lo que te decía. La afición siempre ha sido exigente porque los objetivos del Barakaldo siempre han sido jugarse algo. Es inimaginable pensar en ver al Barakaldo iniciando la temporada para quedar en el puesto 10 o así… si esto pasase, entonces sí que no bajaría nadie a Lasesarre.

Vicente Calderon Barakaldo CF 1979-80
Vicente Calderon 1979/80 Aguirrebengoa, Carmelo, Bardasco, Melendez, Manolo, Irusta (de pie). Juan Carlos, Merayo, Sainz, Dueñas y Otaolea (agachados).

Volviendo a aquel carrusel clasificatorio que decíamos antes de ascensos, descensos… llegamos a la mítica temporada 1977-78 en la que se rozó el sueño de subir a Primera.

Empezamos la misma siendo unos recién ascendidos ya que la temporada 76-77 estábamos en 3ª. Y partimos con el objetivo de la permanencia. Teníamos un muy buen equipo pero, claro, comparado con equipos como el Celta o el Zaragoza pues imagínate… pero además tuvimos la gran suerte de que nos vino al equipo un monstruo del fútbol como era Manolo Sarabia. Era un jugador impresionante. Lo trajeron para formarse cedido del Athletic, junto a Bengoetxea. Entre los dos, ese año, hicieron 32 goles, 16 cada uno, no te digo más.

El caso es que a Sarabia le veíamos los más veteranos y decíamos, “éste se ahoga aquí”. Era flaco, alto, le llamábamos La Cigüeña. Pero era un fenómeno. Era el típico jugador que te podía poner de los nervios porque ibas fuera y el otro equipo te achuchaba y demás y veías al otro tan tranquilo, tocándose las…. pero luego, de vez en cuando, le dabas el balón, hacía así y se cascaba un golazo.

Pero bueno, aparte de Sarabia, como te decía, en ese equipo había gente muy buena: estaban los Delgado, Duñabeitia… gente muy buena, con mucha correa… y, como decíamos, al principio, el planteamiento es el de mantenerse, pero se da la inercia del fútbol y empiezas a ganar, empiezas a ganar y coges una dinámica ganadora y cuando te das cuentas estás ahí arriba, ahí metido… y cuando nos dimos cuenta, dijimos vamos a por ello y fuimos y estuvimos a punto de conseguirlo.

Imagino que por tu posición en el campo, no serías un jugador de hacer muchos goles. ¿Recuerdas alguno en especial?

Bueno, en mi época de juveniles, que jugaba más adelantado, ya me cascaba mis 30 goles por temporada… pero sí es cierto que con los mayores del Barakaldo no hice tantos.

¿Algún gol que recuerde? Sobre todo uno, contra el Castellón. Típica jugada que te encuentras con un balón en la defensa, empiezas a progresar con él, sigues progresando, te encuentras con uno, lo sorteas, te sale otro, lo salvas, ya no te fijas si hay compañeros, te plantas en el área contraria, driblas al portero y gol. Fue en Lasesarre. Pañuelos blancos.

Ya nos has contado mucho pero, ¿recuerdas alguna anécdota especial que quieras compartir?

Es que anécdotas… no sé… miles. Recuerdo ahora un año con Juanito Arriarán como míster, en tercera, temporada en la que quedamos segundos, subiendo el Pontevedra. El caso es que en el Barakaldo nunca nos habían llevado concentrados a ningún sitio y vino éste, Arriarán, y, joer, una semana que se nos llevó concentrados a Castro-Urdiales, al Hotel Las Rocas. Fue algo muy especial porque aunque ahora parezca lo más normal del mundo, por aquel entonces no lo era.

Ya por ir acabando, ¿guarda Manolo alguna relación en la actualidad con el mundo del fútbol?

Hasta hace nada he estado en la escuela de fútbol de Sestao como preparador físico. Con el Barakaldo CF sigo vinculado como socio, pero hasta ahí.

En ese sentido, como socio, ¿cómo ves la actualidad del Barakaldo?

Lo que veo es que el Barakaldo, en estos últimos años, ha apostado por el ascenso, a pesar de que, como ya he dicho antes, no hay una línea clara por mantener un bloque. Aún así, creo que se están haciendo buenos equipos. Tampoco se está teniendo suerte pero también esperaba un puntito más en el tema de juego porque el campo lo requiere. El año pasado, por ejemplo, se hicieron 80 puntos, una muy buena temporada, pero el equipo llegó fundido y tuvo la mala suerte de no quedar 1º. Si el equipo se hubiera metido en el playoff a una eliminatoria, igual se habría podido ascender, pero al quedar segundos yo creo que se le vino el mundo encima.

Sobre el resto que, desgraciadamente, ha rodeado al club en el año de su centenario, pues muy triste. Yo no sé qué es lo que habrá pasado pero sólo quiero dejar claro que por encima de los nombres de unos y de otros, lo que tiene que prevalecer es la institución, el respeto por una entidad centenaria.

Manolo Barakaldo CF Vicente Calderon
Carlos disputa el balón ante la mirada de Manolo detrás en la última temporada del Barakaldo en 2ªA. At. Madrileño-Baracaldo C.F. 1980/81

Una entrevista de LUCCE para HISTÓRICO BARAKALDO C.F.

RAYO VALLECANO – BARACALDO C.F. 80/81

Santamaría, Juan Carlos, Carmelo, Rastrojo, Dueñas, Juan Ángel, Liceranzu (de pie). Manolo, Sainz, Iturregui, Uribe (agachados).
Partido correspondiente a la jornada 23 de Liga de Segunda A disputado un 8 de Febrero de 1981 de en el Nuevo Estadio de Vallecas entre la A.D. Rayo Vallecano y el Baracaldo C.F. con resultado de 3-1. Otaolea que salió tras el descanso marcaría para los gualdinegros.
Barakaldo C.f. Rayo Vallecano 1981
El último Barakaldo de plata en Vallecas

MANOLO SARABIA Y EL BARAKALDO DEL 78. A dos puntos del ascenso a Primera

Desgarbado, genio, artista, desconectado, a ratos indiferente, otros un mago vestido de corto, un fuera de clase. Todo eso y más era Manuel Sarabia López (Gallarta, Bizkaia 9/1/57). Antes de que el mundo del fútbol le apodara “la pantera rosa”, en Barakaldo ya se le conocía como “el ave fría” un jugador especial que a sus 20 años batió sus alas en Lasesarre regateando contrarios. Una temporada mágica donde los pájaros fabriles con una escuadra de ensueño volaron muy alto, casi hasta las puertas del cielo. Solo dos picotazos faltaron para derribarlas. Estamos en Julio de 1977  aterriza en Lasesarre la mejor zurda de una generación, Manu Sarabia. Junto a él una pléyade de futbolistas legendarios formando el mejor Barakaldo de la historia. Moruca entrena un conjunto que hizo soñar a un pueblo. Volvamos a pasear por las nubes y recorramos la temporada 1977/78. Manolo Sarabia  y el Barakaldo de Fernández Mora a dos puntos del ascenso a Primera.

Barakaldo CF sarabia
Manolo Sarabia con el Barakaldo en Lasesarre. Foto: Twitter

Manu Sarabia debutó en Primera un 19 de Septiembre de 1976 llegando a jugar 3 partidos esa temporada con el Athletic club. En verano del 77 llegó cedido a un Barakaldo recién ascendido a Segunda división merced a su gran campaña anterior. Campeones de Tercera. Manuel Fernández Mora “Moruca” entrenaba a un gran equipo donde seguían los Benito, Aizpuru, Aguirrebengoa, Manolo, Larreina, Carmelo, Dueñas, Regulez, Sainz e Inoriza. Había que apuntalar la plantilla y se ficho a Docal, experimentado defensa central bregado en la categoría de plata con el Real Valladolid, a Duñabeitia un mediocampista de mucha clase demostrada durante años en Primera división con el Real Zaragoza y a un joven Martín que llevaba 4 años peleándose un sitio en el centro de campo del Athletic club. El otro cedido que acompañaría la aventura de Sarabia en Barakaldo sería Bengoechea. La temporada del Ondarrutarra en Lasesarre se convertirá en legendaria. Vaya equipazo se había logrado. Pero el objetivo estaba claro, la salvación de la categoría.

El ave fría

La pretemporada empezó bien, victoria ante la Cultural Leonesa en el primer partido con goles de Benito y Sarabia. En la siguiente cita campeones del triangular de Las Gaunas frente al Barcelona At. y C.D. Logroñes

Barakaldo C.F. Barcelona At
Barakaldo campeón del triangular Las Gaunas. Aizpuru, Manolo, Barrenechea, Docal, Abiega y Benito. Inoriza, Duñabeitia, Larreina, Sarabia y Sainz.

Una derrota en Basauri 1-0 (al Baskonia lo entrenaba un tal Javi Clemente) y un empate frente a la Real Sociedad completaron la preparación para el debut en Segunda. No fue un gran comienzo, derrota en Ganada, entraba dentro de la lógica.

Para el debut en casa viene el Deportivo de La Coruña que salió derrotado 2-1. Fue el estreno de las vallas en Lasesarre. Y también el estreno de Sarabia que consumó la remontada con gol de falta directa. La posición en el campo del talentoso jugador de la zona minera partía del extremo para controlar el juego en el interior del centro del campo y dominar la media punta. Delante tenía a Larreina y Bengoechea. En el medio estaba bien flanqueado por Duñabeitia, Benito y Martín si bien en éste primer encuentro jugó Dueñas en su lugar. Talento, clase, pelea y gol rodeaban a la magia de Manolo Sarabia que todavía no había sacado la chistera.

Otras dos victoria consecutivas elevan la moral. En Oviedo remontBarakaldo CF Sarabia y Benito a hombros malagaada en los minutos finales con goles de un Bengoechea que se empieza a destapar y un gran Manolo en el lateral derecho. Una semana después remontada al Sabadell con otro de Bengoechea y debut de Martín. Jornada 4  y el Baracaldo C.F. se coloca líder. Benito que marcó ese día señalaba que “con la llegada de Sarabia, Bengoechea y tanto talento para el medio campo temí por el puesto” El puesto fue suyo todo el año saliendo a hombros ante la mirada de Sarabia en el último partido en Lasesarre como vemos en la foto.

La copa fue efímera ese año. Se cayó eliminando ante el Alcalá con “una entrada floja de cerca de 5000 espectadores en Lasesarre” en el partido de vuelta. Así centrados en la Liga se despachan una serie de flojos resultados que mandan al Barakaldo a la duodécima posición en la jornada 9. La parroquia fabril llega a echar en cara incluso  a Manolo Sarabia, su falta de entrega en ciertos momentos a pesar de haber marcado ya su segundo gol y mostrar un avance de su clase. Llegamos a la fecha 10. Un 30 de Octubre de 1977. Recreativo de Huelva, candidato al título, en Lasesarre. Se abrió el telón y comenzó el Festival de Sarabia. El “ave fría“ se convirtió en el “ave sabia”. “En el primer gol el centro de Aguirrebengoa llegó hasta el punto de penalti y me adelanto al portero en el salto” La explicación del genio de Gallarta sencilla, la imagen maravillosa.

Barakaldo CF Recreativo de Huelva Sarabia
Sarabia se adelanta a la defensa de Huelva ante la mirada de la preferencia de Lasesarre

Corría el minuto 52 cuando avanza Bengoechea en contragolpe junto con el extremo izquierdo gualdinegro. “Fue un pase perfecto de Bengoechea que paré con el pecho al entrar al área para disparar con la izquierda cuando caía el balón”. Todo esto en carrera y cruzando la pelota al palo contrario. Un gol extraordinario. 2-0 Lasesarre se rinde. Sarabia no se cansa y ya convertido en figura…  «El tercer tanto fue en un saque de corner, me cae el balón, driblo a un jugador del Huelva y paso a Larreina que estaba desmarcado, “el toro” marca” Octavos y la sensación de ser capaces de ganar a cualquiera.

Vigo, el Celta, otro gallito de la categoría. Partidazo del Baraka y empate a uno. Bengoechea, la figura del partido, se cuela por la banda derecha con centro que desvía en la boca de gol Sarabia anticipándose a los defensas. 5 goles en 11 partidos y ya había mostrado parte de su repertorio de leyenda desde la aparente dejadez en algunas acciones, pasando por la terrible zancada y dribling con su peculiar y extrañamente elegante estilo, su visión de juego, su remate de cabeza y su gol. Llegarían las vaselinas, jugadas antológicas, pases, paredes y sus míticas bicicletas.

 

García de Loza y el Alavés de Valdano

El 13 de Noviembre llegó otro gallito a Lasesarre y no hablamos del Real Valladolid, claro candidato al ascenso, sino de un personaje sin igual. Los que lo vieron siguen contándolo y los que por edad no lo sufrieron aquella tarde en el campo han escuchado la historia cien veces. ¡García de Loza! ¡La que preparó al Barakaldo! Un árbitro de los llamados “de la nueva ola” que ya había tenido lío en los 7 partidos que había pitado. Los problemas empezaron con una falta al borde del área que los pucelanos sacaron con el balón en movimiento y el colegiado de espaldas. Marca el Valladolid y De Loza seguía hablando con Ruski, jugador blanquivioleta. Empate a uno, Abiega había marcado para el Barakaldo el 1-0. Antes de los 45 vuelve a marcar el equipo visitante y se lía parda en el túnel. García de Loza declararía más tarde: “yo esperé a que salieran los jugadores y luego corrí protegiéndome de los objetos que se lanzaron hacia las casetas. Al entrar en el túnel escuché a Benito que gritaba “!hay que matarlo!” Lógicamente le saqué la tarjeta roja” Más jaleo en las gradas. El presidente del Barakaldo pidiendo calma en las gradas y con 6 minutos de retraso empieza la segunda parte. Empata el Baraka con otro gol de Abiega pero en un contragolpe encaja el 2-3. En pleno desquicie roja para Docal y la escuadra fabril se queda con 9. Final del partido y bronca final. “No es la primera vez que he tenido incidentes, pues en Pamplona, Valladolid y Miranda me pasó lo mismo. De todas maneras estoy satisfecho con el arbitraje y espero subir a primera”. Así es, subió a Primera. Otra derrota la semana siguiente en Terrasa con el sexto gol de Sarabia, éste de penalti, y se cae al puesto 15 de la clasificación. Se pagó cara la visita de García de Loza.

laareina y sarabia terrasa 2-1
Larreina y Sarabia pelean por el balón en la derrota del Barakaldo en Terrasa

Dos victoria caseras y una derrota ante el Zaragoza de Pichi Alonso y nos plantamos en otro climax de la temporada. El clásico Baraka-Alavés un 12 de diciembre del 77 con Lasesarre atestada de aficionados, el campo lleno de barro y 4000 babazorros en las gradas. Aplastaron los gualdinegros al rival marcando encima del contrario y soltando rápido la pelota. Dos faltas botadas por Sarabia y rematadas por Benito y Bengoechea en la primera parte desarbolaron a los gazteiztarras que se hundían entre la lluvia y el barro. No valió su gol y 2-1 final. Pasado un tiempo Jorge Valdano hablaría maravillas de Sarabia que fue un espectáculo en un terreno de juego que a priori no era el más idóneo para sus características “Yo era un tipo delgado. Pensaba que no estaba dotado físicamente para jugar en el barro hasta que un día jugamos contra el Barakaldo y me encontré con uno más flaco que yo y que caminaba por encima del agua; se llamaba Sarabia y me arruinó la teoría: desde ese día ya no supe qué pensar” reconocía el gran teórico del fútbol, futbolista y entrenador argentino.

Ahí se inició la gran racha del equipo que encadenó dos empates fuera y 3 victorias en casa para plantarse al final de la jornada 22 en sexto puesto a tres puntos del tercero, el Celta que marcaba la posición de ascenso y que sería su rival hasta el final de temporada. Primero el Real Zaragoza seguido del Recreativo de Huelva. En el último partido de esa racha Sarabia puso mucha lucha, técnica y fútbol en el todavía embarrado campo de Lasesarre para recoger un pase de Sainz, entrar en el área y lanzar un disparo cruzado en parábola a la escuadra contraria. Marca de la casa. Sello de identidad. Hace unos meses el mago de Gallarta comenzó su espectáculo atrayendo la expectación del público, cuando les tuvo bien atentos sacó su chistera y se los metió a todos ahí.

1-0 oviedo (2)
Barakaldo 1 – Oviedo 0. Una obra de arte de Sarabia en Lasesarre

Sarabia, dueño de la media punta

Lasesarre con sus 5 meses de barrizal se estaba convirtiendo en un verdadero fortín donde se escapaban muy pocos puntos. Fuera de casa bajaba algo el rendimiento, al menos de resultados. Derrotas en Sabadell donde cayó el octavo chicharro de Sarabia, Jaén en un abultado 4-0 y Castellón donde la figura gualdinegra arrancando del extremo izquierdo hacia el centro parecía controlar todo lo que ocurría en el terreno de juego. En el medio se asociaba con Benito y Larreina dejando la banda para Martín con Bengoechea arriba. Dominador absoluto del juego, creando ocasiones como su clásica vaselina a la salida del portero (ésta se fue al larguero) y arrancadas terribles hacia puerta driblando contrarios. Inexplicablemente en el 19´ del segundo tiempo con 1-2 favorable al Barakaldo Moruca decide cambiarle. El Castellón dio la vuelta al marcador. “cambié a Sarabia porque tiene tres tarjetas y no me interesaba perderlo para la próxima jornada. Es un hombre de calidad pero poco peleón y teniendo en cuenta que el Castellón estaba empujando mucho era necesario correr y por eso metí a otro jugador” se defendía el técnico cántabro.

Cada salida era una pequeña aventura como la de Jaén donde además de caer merecidamente, Docal el bravo central gualdinegro casi se queda detenido. El arbitro puso en el acta “El jugador Docal que estaba muy nervioso porque todo el público estaba insultándole acoro llamándole ‘hijo de p…’, hizo un gesto feo al juez de línea y le mostré la tarjeta roja”. Pero lo más gordo fue que la fuerza pública pretendió detenerlo después del partido bajo la acusación de que había provocado una alteración del orden público. “menos mal que perdimos porque si llegamos a ganar no se que hubiera pasado” confesaba el delegado de la expedición Méndez. Goleada, expulsión, casi detención y cientos hinchas exaltados rodeando el autobús a la salida en actitud amenazadora. Mejor jugar en casa sí.

Barakaldo 3-1 osusana
Una apisonadora el Barakaldo en Lasesarre

Barakaldo Osasuna SarabiaY es que con Sarabia ya casi asentado en la mediapunta marcando de cabeza frente a Osasuna (3-1) su noveno gol y en certero remate al saque de una falta de Bengoechea contra el Murcia (2-0) el décimo, se iban despachando rivales. Hasta llegar al desplazamiento a Huelva para jugar contra el líder, el Recre de Eusebio Ríos y Poli Rincón, donde cambian las tornas y un sensacional Barakaldo arrancó un valioso positivo empatando a uno con gol de Sainz. El Baraka se coloca sexto. No jugó Sarabia, había que dosificar, el siguiente en Lasesarre era el Celta de Vigo, rival directo, uno de los partidos del año. Un encuentro algo más que «interesante» como rezaba el cartel para la ocasión.

Barakaldo Celta 1978

“A partir de éste momento vamos a pensar en el ascenso” declaraba Fernández Mora al término del partido. Fue una auténtica lucha de dos equipos que jugaron sin dar la espalda, el Celta controlando más juego y el Barakaldo creando las ocasiones más peligrosas en la meta del “pibe” Fenoy. Sarabia mandando en la zona ancha con apoyo de Duñabeitia, Benito y Martín. Dos cabezazos de Larreina y Bengoechea al inicio del segundo tiempo que el conjunto gallego fue incapaz de remontar. 2-1 y porque a Manolo Sarabia le anularon un gol, otro cabezazo, aparentemente legal en el minuto 90. Con ésta tremenda victoria el Barakaldo se coloca cuarto a un solo punto del Celta y con gol average a favor. Ya era lícito soñar. Era la jornada 30. A falta de 8 partidos el objetivo era el ascenso a Primera División. 

Barakaldo CF Celta Sarabia gol anulado
Gol anulado a Sarabia en el 90 frente al Celta. Victoria histórica del Barakaldo.

La pelea por el ascenso

La escalada hacia Primera se inicia con derrota en Valladolid “Seguimos teniendo un calendario potable, tenemos cuatro salidas en las que se puede puntuar y tenemos que ganar los partidos de casa. El calendario nuestra sigue siendo mejor que el del Celta y no renunciamos al ascenso” sentenciaba el mister gualdinegro Moruca.

Victoria 1-0 al Terrasa. “Fuerza y ganas de Primera sobre un barrizal de regional” rezaban los titulares tras el partido y es que era ya el 2 de Abril y  al verde de Lasesarre no le había llegado todavía la primaveraLas imágenes son terribles.

 

Grandísimo partido del Barakaldo y  Sarabia, la figura del encuentro, regatea dos contrarios dentro del área para ceder a Bengoechea que marca a placer el gol que finalmente daría la victoria. Pierde el Celta y de nuevo a un punto con gol average a favor.

El Barakaldo ya ocupa portadas y en el caso de Sarabia siguen los halagos. Barakaldo CF cordoba portadaSensacional en la segunda parte en El Arcángel de Córdoba con su calidad pegada a las botas arrancando con suaves driblings en un palmo de terreno para continuar con largos sprints cara a gol. Fue un espectáculo. Sin alardes para la galería, poniendo en el alma todo su saber y quizás con cierto individualismo encaró repetidas veces con larga y potente zancada hacia el área visitante. Le frenaban con agarrón a zancadilla o entrándole dos rivales. Tuvo en sus botas el gol que no llegó y el Barakaldo se tendría que conformar con un empate en la antesala de un partido que se convertirá en historia del futbol en Lasesarre. Ese que los críos de los ochenta escucharon tantas veces. 16 de Abril de 1978. La visita del ahora líder, el Real Zaragoza.

larreina zaragozaY es que lo tenía todo para con una victoria ponerse tercero a falta de cuatro partidos. Una entrada en el viejo campo fabril de esas que asustan. La mejor de la temporada y hubo muchas buenas. Ambiente de fiesta al comienzo, ambiente de ascenso. Sarabia no podía jugar, arrastraba amonestación de un partido por una inoportuna tarjeta amarilla el domingo anterior en Córdoba. Y el Baraka jugó bien, como un primera. Aguirrebengoa secó a Pichi Alonso. El Zaragoza atrás replegado y a pesar del continuo dominio gualdinegro, los 17 corners lanzados y la presencia de un Bengoechea que llevaba ya 15 tantos no se pudo marcar. Un empate a cero que templó algo los ánimos. El Celta empató en Granada y la distancia seguía siendo de dos puntos. Ahora a falta de cuatro partidos. “No sabemos con certeza si notamos la ausencia de Sarabia pero tal y como estaba el campo y el sistema que montó el Zaragoza necesitabamos hombres con habilidad y dribling como es Manolo Sarabia para romper la muralla aragonesa.” Afirmaba Moruca “Todo no se ha perdido” sentenciaba.

La siguiente jornada, la 35, frente a un Calvo Sotelo descendido y primado hasta las cejas (medio millón del Recre y otro medio kilito de la época el Celta). “Tenemos que ganar, éste año solo hemos cobrado 5 primas y no podemos dejar escapar ésta” comentaba una señora mientras veía jugar a su marido y compañeros de equipo. Sería un partido por lo tanto, loco, con los dos conjuntos yéndose a por la victoria. Hat Trick de Sarabia para el 3-3 final y sumar 13 en su cuenta personal. El primero de listo al aprovechar el despiste de la barrera y el portero en una falta directa y marcar a puerta vacía, el segundo en asombrosa jugada personal y el tercero a falta de 7 minutos de penalty riguroso por caída de Delgado para empatar el partido y dejar al Calvo Sotelo sin prima. Enrique Ortego habla de actuación formidable de Sarabia en punta. Así todo con las victorias de Recre y Celta quedaba el ascenso a 4 y 3 puntos, un poquito más difícil a falta de tres jornadas.

Barakaldo CF alaves 1978

3000 gualdinegros empapados de esperanza acompañaron al Barakaldo en Vitoria para medirse a un Alavés que no había perdido ni un partido en casa. M.17 arranca Sarabia desde el centro del campo, tras driblar a tres jugadores babazorros, pasa el balón a Martín en posición de extremo derecho, y dentro del área cruza la pelota a la salida de Basauri. Era el 0-1. M.43 Fallo defensivo de Alavés, llevándose la pelota Bengoechea que espera la salida de Basauri para ceder a Sarabia. Su disparo es rechazado por el meta alavesista y de nuevo Martín agarrando el rechazo marca el 0-2. Así acabaría el partido ante la inmensa alegría de la afición desplazada porque éste resultado unido a la derrota del Recreativo y el empate del Celta dejaba al Barakaldo a 2 miserables puntos de los dos y recordemos con el gol average favorable. Moruca declaraba “Mira, esto no deja de ser como un sueño. Nuestra aspiración era mantenernos y estamos a punto de conseguir el ascenso. La victoria ha sido muy importante y merecida porque se ha atado bien a los jugadores del alavés”.

7 de Mayo de 1978. Último partido de la temporada en Lasesarre y viene un Málaga muy primado también. Ambiente de gala en las gradas. 5 de la tarde. Entrega la pelota Bengoechea a Sarabia quien todavía desde el círculo central se va decidido hacia portería hasta plantarse ante el meta malacitano Corral que logra despejar con el pie. Una salida en tromba que fue como una bengala que incendió el estadio. Así todo fue el conjunto andaluz el que se adelantó en el m.38, empatando un minuto después Bengoechea. Todo igual. La segunda parte  el Baraka volcado por la victoria. Minuto 25 y gol anulado a Sainz por fuera de juego de Bengoechea. El ambiente se caldea, los malagueños empiezan a dar patadas y el juego y la grada se tensionan. A falta de cinco minutos para el final Sarabia recoge un rechazo en el área para anotar el gol de la victoria. Locura en Lasesarre, se desatan los nervios, Abiega sale expulsado al responder a las continuas provocaciones de los jugadores del Málaga. El sueño continua a falta de una jornada. Las victorias de sus dos rivales siguen dejando difícil la meta del ascenso. Se necesita una victoria en Tenerife y la derrota del Celta de Vigo o del Recreativo de Huelva.

Copia de Barakaldo C.F. malaga 1978
Sarabia en presencia de Bengoechea marca el gol de la victoria en el 85′

El fin de la fiesta, el despertar del sueño

14 de Mayo de 1978. Flojísma entrada en el Heliodoro Rodríguez tinerfeño, Una tarde de excesivo calor y un sol de justicia. Una piña de vascos que cumplían el servicio militar en una esquina del estadio animando con su txistu y tamboril. Tarde también de nervios y transistores en el banquillo fabril. El Tenerife ya descendido “solo” se jugaba la prima.

El escenario estaba preparado para el martirio del equipo fabril. El estadio Heliodoro Rodríguez fue el horno crematorio donde se cocieron a fuego lento las ilusiones del Barakaldo de subir a Primera División. Dicen que no fue el verdadero Barakaldo de los ramalazos y las emociones de Lasesarre. Era muy difícil la carambola. El o-o final no valió para nada y queda el consuelo que tanto Recreativo de Huelva y Celta de Vigo se agarraron al empate y tampoco un gol gualdinegro hubiera servido. No hubo goles en ninguno de los tres partidos.

El Barakaldo arrancó con ocasiones de Sarabia que rechaza el portero y de Martín tras servicio de Larreina. Apretó algo más en el segundo tiempo sin oportunidades demasiado claras en un juego embarullado por la tensión de lo que estaba en juego y con un Tenerife sin crear demasiados apuros al meta gualdinegro Aizpuru. Y se iban los minutos con la esperanza de que la radio cantara algún gol del Castellón o Getafe rivales de nuestros rivales. Éste último era el que más se jugaba pues coqueteaba con el descenso pero un punto le valía frente al Celta. La suerte parecía echada de antemano.

La decepción final no empaña una gloriosa temporada que sirvió a jugadores como Benito debutar en Primera al año siguiente con el mismo Recre, Bengoechea jugar tres temporadas en el Athletic club o a Delgado tener una larguísima carrera en 2ª y 1ª con el Elche, Mallorca, Murcia o Granada. El resto del equipo se quedó en Lasesarre para saborear el amargor de un descenso la temporada siguiente. Excepto Sarabia. El “ave fría” que sobrevoló Lasesarre subiría más alto convirtiéndose en una leyenda del fútbol recordando, sin duda, aquellos partidos en el barro de Lasesarre donde un tipo delgado, desgarbado, de zancada larga y raramente elegante, de driblig sobre dribling, de vaselinas redondeadas, de saques de falta de listo y remates de delantero centro. Zurdo maravilloso, un extremo dueño de la mediapunta que maravilló a una generación.

Barakaldo CF Tenerife 1978
Heliodoro Rodriguez 14/5/78. Último partido de liga temp. 1977/78. El Baracaldo C.F. se juega el ascenso a Primera con Aizpuru, Manolo, Docal, Aguirrebengoa,Delgado, Martín, Bengoechea, Duñabeitia, Larreina, Sarabia y Carmelo.

Un artículo de DAVID PALMA RUEDA para HISTÓRICO BARAKALDO C.F.

¿¿¿UN EXTRANJERO AL BARAKALDO??? ENTREVISTA A CIOFFI

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Baracaldo C.F. – Real Betis Balompie 78/79 (1-0) Aizpuru, Manolo, Carmelo, Docal, Aguirrebengoa, Martín, Sainz, Larreina, Cioffi, Dueñas y Faubel
Sí, probablemente esa fue la exclamación que hicieron muchos socios y aficionados gualdinegros aquel mes de diciembre de 1978, cuando se anunció la llegada de José Juan Cioffi, un delantero argentino que, procedente del Burgos CF, recalaba en el Barakaldo en calidad de cedido. Hasta entonces, lo más cercano a un jugador foráneo que había tenido el Barakaldo había sido el mítico Miguel Jones, nacido en Guinea Ecuatorial pero de nacionalidad española, quien en la temporada 56-57 defendió nuestros colores, curiosamente durante unos cuantos partidos a las órdenes de otra rara avis en Lasesarre, un técnico extranjero, el croata Zvonimir Monsider.

Y es que todo era poco para tratar de apagar el incendio deportivo de aquella temporada 78-79. Tras haber tocado el cielo del ascenso a Primera división la temporada anterior, de la mano de Manuel Fernández Mora, el técnico cántabro aceptó una tentadora oferta de uno de los gallitos de la categoría, el Elche, siendo sustituido en el banquillo por Manuel Martínez Canales, “Manolín”. Los malos resultados forzaron su destitución en la jornada 11, después de un empate sin goles ante el Deportivo de La Coruña en Lasesarre, siendo sustituido por José María García de Andoin, cuyo debut se produjo, precisamente, ante el Elche de “Moruca” un 26 de noviembre de 1978, y se saldó con una derrota por 2-0 en feudo ilicitano.

A todo ello, hubo que unir la crisis institucional, con la dimisión en bloque de la directiva encabezada por José María Bañales, tras uno de los más abochornantes y esperpénticos espectáculos que uno recuerda en Lasesarre: un encuentro ante el Cádiz, en la octava jornada, saldado con una sonrojante derrota por 0-5, en medio de una intensa niebla, con apagón incluido a escasos minutos del final y con una parte de la afición llegando incluso al insulto personal contra los miembros de la Junta directiva. El testigo de Bañales fue recogido por la directiva presidida por Andrés Vázquez, quien ante la errática marcha deportiva y la alarmante sequía goleadora (¡Ay, cuánto se echaba de menos a Sarabia y Bengoechea!) decidió pedir al desaparecido Burgos CF, entonces en primera, la cesión de dos delanteros, uno de ellos el extremo valenciano Emilio García Faubel, mientras que el segundo no fue otro que el argentino José Juan Cioffi Morgillo.

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Cioffi pichichi 73/74

Cioffi se había dedicado a atemorizar los guardametas de la división de plata durante sus tres temporadas en el Castellón, en las que anotó 46 goles en 99 partidos, siendo “pichichi” de la categoría la primera de ellas, 74-75. A Castalia, el delantero de Buenos Aires había llegado procedente del Atlético San Telmo, un modesto club del área metropolitana de la capital argentina, donde dejó su impronta goleadora. Sus buenos números hiceron que el Burgos CF se fijara en él y lo fichara en la 77-78, si bien en el cuadro burgalés, merced a una persistente lesión de rodilla, no dispuso prácticamente de minutos.

El propio Cioffi recuerda con cariño su paso por el Barakaldo. “Guardo recuerdos muy buenos, el trato de su gente, unos jugadores maravillosos”. Si bien, considera que la lesión de rodilla que arrastraba le impidió rendir en plenitud. “La pena es que, debido a mi lesión, tan solo pude disputar 10 partidos. Vine lesionado, intentó recuperarme mi gran amigo Juanjo Campa, pero fue una lesión que me perjudicó muchísimo en mi vida profesional”, nos cuenta.

Su debut se produce un 14 de enero de 1979 en El Sadar, en un partido que se salda con derrota gualdinegra por 3-1. Cioffi disputó 77 minutos, siendo sustituido por Juan Carlos. “El equipo jugaba bien, dominaba, pero teníamos la mala suerte de perder, por esas cosas del fútbol. El comentario siempre era el mismo: el mejor equipo que pasó…pero perdíamos”.

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El día del debut de Cioffi con el Barakaldo en el Sadar

En efecto, una de las cruces del Barakaldo aquella temporada culminada con descenso a 2ªB fueron los partidos lejos de Lasesarre, en los que solo consiguió un empate en Tarrasa, y una victoria en Ferrol por 1-2, en la que el argentino fue protagonista directo con un doblete. “A pesar de todo, el equipo no acababa de reaccionar. Eran unos chicos bárbaros, pero a mi entender nos faltó carácter ganador”, indica.

barakaldo-c-f-cioffi-3Una semana más tarde de ese encuentro, se produjo un enfrentamiento especial para Cioffi, ante su ex -equipo el Castellón que concluyó con empate a cero. “Mi ilusión era ganar a mis amigos, pero no pudo ser”, confiesa.

Y era obligado preguntar a Cioffi por su aclimatación a un fútbol como el del Barakaldo, y a un campo como el viejo Lasesarre. “¡Imagínate! Un argentino jugando con barro. Pero mejor que en Burgos. Además, a mi me gustaba el fútbol directo, de ataque, pese a que no estaba al 100 por 100”, señala.

En total, y por culpa de su lesión, solo pudo disputar 10 encuentros, anotando dos goles. “Fui muy bien recibido, estoy muy agradecido a esa tierra, pero me dio mucha tristeza no poder ayudar al Barakaldo”, confiesa Cioffi, que se mantiene al tanto de la actualidad gualdinegra, “ya que mantengo relación con toda la familia Campa”.

Actualmente, el exfutbolista regenta un negocio de hostelería en Alcoceber, localidad de la provincia de Castellón. Quien fuera apodado “el Puma” por la hinchada del At. San Telmo (“hoy me dirían el Oso”, comenta en tono de broma) tiene palabras de aliento para la hinchada gualdinegra en este año del Centenario. “Gracias y a seguir fiel a esos colores: es la verdadera manera de ver el fútbol”. Y qué razón tiene.

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Cioffi, el tercero agachado, con la camiseta del Atlético San Temo Bonaerense

Artículo de El Zurdo para Histórico Barakaldo